Argentina tiene un Ángel Salvador. En tiempo extra, y cuando parecía que la serie ante Holanda se definiría desde los doce pasos, Lionel Messi le sirvió una pelota en bandeja a Di María, y el ex Rosario Central definió en forma exquisita para clasificar al equipo albiceleste a las semifinales de los Juegos Olímpicos. En esa instancia, el martes, se enfrentará nada menos que a Brasil.

Lo habían anunciado como "La batalla de Shanghai" y verdaderamente fue un encuentro muy luchado. Los europeos aplicaron un plan metódico que consistió en impedir todo avance de los argentinos con una fuerte marcación, y el uso de la falta permanentemente.

Argentina fue el que siempre intentó, y nunca se desesperó ante el cerrojo holandés. Todo lo contrario, cuando no podía entrar, hizo circular la pelota con criterio hasta encontrar el hueco.

Ante la mirada de Diego Armando Maradona desde el palco, Messi abrió la cuenta poco antes de los 15 minutos iniciales con un remate a quemarropa.

Parecía que el partido se empezaba a abrir para 20 minutos después Otman Bakkal.

El segundo prácticamente fue un monólogo de Argentina, buscando un resquicio para introducirse en un esquema de espera y contragolpe. El "Kun" tuvo un par muy claras pero no estuvo preciso en la definición. Una definió cruzado ante la salida del arquero holandés Kenneth Vermeer pero el remate le salió desviado y en otra, cabeceó sin marca y la pelota salió besando el palo.

Por eso los 90 minutos se esfumaron sin que se pudiera quebrar la paridad, pero con la sensación de que la albiceleste estaba más cerca por el hecho de que estaba Messi en la cancha. El que ya no estaba era Ustari, que se lesionó la rodilla izquierda.

En el alargue Argentina continuó con el protagonismo en su juego y cuando las fuerzas empezaban a menguar, La Pulga le metió un pase magistral a espaldas de la línea de defensores a Di María, quien marcó con remate de zurda, rasante y esquinado.

Así el sueño de repetir el oro sigue más vivo que nunca.