En junio pasado, el secretario Académico y de Investigación de la Universidad Nacional del Comahue, Luis Bertani, dijo, refiriéndose a que el proyecto de construir un shopping incluye la apertura de una calle que invade territorio universitario, que las autoridades de la UNC están decididas a "frenar el avance de estas especies de usurpaciones".
Bertani detalló -en lo que parece una prolongación actual de la llamada "Conquista del Desierto"- todos los casos en los que, por razones diversas, se han consumado las usurpaciones. Entre ellos mencionó el del Cristo de la Hermandad, la clásica escultura del Hijo de Dios clavado sobre una cruz para estremecernos recordándonos que fue torturado hasta la muerte para redimirnos de nuestros pecados.
El lugar donde se alza el Cristo es el más alto de la ciudad. Forma parte del denominado "Balcón del Valle", usado en horas nocturnas por gente de ambos sexos -e irredimibles- para la práctica de los pecados de la carne, a espaldas de la imagen sagrada. Ese predio forma parte de las 115 hectáreas cedidas en 1972 a la UNC y, hasta donde se ha podido saber, ni siquiera hubo una nota manuscrita en una servilleta de papel dirigida a la entonces rectora Ana Pechen para al menos comunicarle que, en la línea de apropiación y reparto de tierras de Julio A. Roca, se había resuelto enclavar allí, lo más cerca posible del cielo donde se aposenta el Dios Padre, la doliente efigie.
Era como para obedecer un mandato constitucional, inscripto en 1853 hasta la reforma de 1994, entre los deberes del Congreso. El artículo 86, inciso 15, mencionaba entre tales deberes el de "proveer a la seguridad de las fronteras, conservar el trato pacífico con los indios y promover la conversión de ellos al catolicismo". A esos fines Roca abrió el camino a los misioneros salesianos pero, desmemoriado, omitió lo del "trato pacífico". Así y todo, los poderes eclesiales y civiles siempre recuerdan con cariño al "Lirio de la Patagonia", Ceferino Namuncurá.
Claro que, pasado más de un siglo, cumplidos los objetivos de la Conquista, derogado ese artículo y con toda la tierra repartida e inscripta en el Registro de la Propiedad Inmueble, nada habilita a continuar en la línea de Roca. Ahora, si uno quisiera meterse en el espacio terrestre de otro, lo menos que puede hacer es pedir permiso. De no hacerlo, comete el delito previsto y penado por el artículo 181, inciso 1, del Código Penal, que castiga con prisión de seis meses a tres años a quien "por violencia, amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad despojare a otro, total o parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real constituido sobre él, sea que el despojo se produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en él o expulsando a los ocupantes".
Y no sólo eso. A mi modesto entender, sería menester también una reforma de la Constitución provincial, que en su artículo tres, ratificado por la reforma de 1994, dice que "Neuquén es una provincia indivisible, laica, democrática y social...".
A fines del 2004 se informó que la obra sería financiada por una fundación católica "Unitatis Internationalis", la que a su vez fue financiada por un aporte no reintegrable de 135.000 pesos que le otorgó Jorge Sobisch en diciembre del 2004, mientras el descubierto de Temux crecía. El obispo Marcelo Melani dijo, respecto de la pasión por Cristo de la Unitatis, "los componentes de esa fundación dicen que son católicos, ahí es toda la relación que tenemos". Más intensa fue la relación de Unitatis con el sacerdote Magín Páez, director de la FM "Radio Comunidad Enrique Angelelli", inaugurada hace 21 años con la bendición de Jaime de Nevares.
No sólo el subsidio fue demostración de la vocación católica del gobierno. En octubre del 2004 se firmó un acuerdo entre el presidente del IPVU y Mirá para construir 500 viviendas destinadas a uniformados. Al acto asistieron Sobisch, Jorge Sapag y José Brillo.
El representante de Unitatis en aquellos años, Ezequiel Kristof, desapareció de la escena durante algún tiempo. Reapareció en noviembre del 2007 como gerente del reinaugurado hotel Hue Melén de Zapala, propiedad de los hijos de Amado Sapag.
El artista, Miguel Sissara, que ha desparramado los Cristos de madera por todo el país, llegó a Neuquén de la mano de Páez. Dijo que siempre estuvo "rodeado de ese mundo místico del amor y la paz desde las profundidades del arte". Federico Brollo, uno de los funcionarios que se acercaron al lugar donde, con permiso municipal, Sissara tallaba su obra, trasmitió valores emepenistas: "Los más importantes son los valores del espíritu, del alma". También se acercaron el presidente del BPN, Félix Racco; quien lo reemplazaría después, entonces concejal, Omar Gutiérrez; Hugo Acuña, subsecretario de Seguridad, y el secretario de Cultura de la municipalidad, Oscar Smoljan.
Si bien el Cristo lleva más de tres años de reinado en la ciudad violentando normas constitucionales y legales, los poderes han dejado hacer. Del mismo modo, los cultos no cristianos han consentido, con su silencio, que se los discrimine en una provincia que dice ser laica. Y tanto la Universidad como la Justicia también dejaron hacer. Es una contundente demostración de que este Dios -cuyo vicario terrestre es hoy Benedicto XVI- todo lo puede.
JORGE GADANO
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