El ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, comenzaron ayer a recomponer la relación institucional entre ambas partes y acordaron formar una comisión para dirimir la puja en torno de la deuda de la caja de jubilaciones que la provincia reclama a la Nación. La misma treparía a mil millones de pesos.
El mandatario se llevó la promesa de que tendrá "acompañamiento" financiero de la Casa Rosada para cubrir el déficit 2008 y que se firmará un convenio para los próximos cuatro años, pero siempre que haga "reformas estructurales" en el sistema previsional que, a diferencias de otros distritos, no fue transferido a la Nación.
También logró el compromiso de que se avanzará en la conclusión de la autopista Rosario-Córdoba, la concreción del desembolso de 28 millones de pesos para seguir con la obra de repotenciación de la central energética de Pilar y de fondos del Plan de Refinanciación Ordenada.
En el plano político, Randazzo y Schiaretti coincidieron ante la prensa en que esta reunión significa "una vuelta de página", en que se ha "avanzado en normalizar la relación institucional" y en que las diferencias surgidas en torno al conflicto de la Casa Rosada con las entidades ruralistas son "parte del pasado".
El distanciamiento se produjo en virtud de que el gobierno de Córdoba no acompañó el proyecto oficial de las retenciones móviles para las exportaciones de granos y se profundizó, posteriormente, cuando la Nación desconoció una deuda por más de 1.000 millones de pesos para cubrir el rojo del sistema jubilatorio cordobés que reclama la provincia.
En la Anses sostienen que Córdoba no cumplió su parte del convenio firmado en 2004 para ir armonizando su sistema provisional con el nacional (hablan de jubilaciones anticipadas y de privilegio), por lo que argumentan que la Nación no debe hacerse cargo del dinero prometido como contrapartida Ante este panorama, Schiaretti tuvo que impulsar la emergencia previsional, que significó un recorte para las jubilaciones más altas en su provincia, lo que generó violentos incidentes en la Capital cuando se trató la ley en la Legislatura y acusó a la Nación de pretender "un ahogo financiero" para el distrito.
En el momento más tenso de la polémica, Randazzo dijo que la Casa Rosada no iba a pagar "la fiesta" de Córdoba y, luego de varios días de esperar a ser recibido por algún funcionario nacional, Schiaretti envió una carta a la presidenta Cristina Fernández, solicitando una "urgente" audiencia que derivó en el encuentro de ayer.
El titular de la cartera política y el gobernador cordobés estuvieron a solas por poco menos de media hora.
(DyN y Télam)
