VIEDMA (AV)- Habrá que esperar hasta fin de mes para escuchar los alegatos de la querella, la fiscal y los defensores en el juicio que se realiza para dilucidar la responsabilidad criminal en el asesinato del muchacho de 24 años, Pablo Huenteleo, ocurrido el 8 de octubre de 2006 en Valcheta. Así lo determinó la Cámara integrada por Pablo Estrabou, Jorge Bustamante y Francisco Cerdera quienes ayer por la mañana escucharon en ese localidad la declaración testimonial de la oficial Sandra Fernández quien dio la polémica orden de ir a notificar a las 5 de la mañana a Huenteleo de que se iniciaba contra él una causa por violencia contra su esposa.
El sargento Rogelio Flores, único imputado en el homicidio, fue el encargado junto a su compañero Javier Martínez de ir a dar cumplimiento a la instrucción de su superior. Al llegar al domicilio donde la víctima vivía con sus padres se inició un violento incidente que terminó con la vida del muchacho.
Fernández justificó su decisión en que Silvina Porcel, la mujer que en la madrugada de aquel fatídico domingo de octubre estaba siendo golpeada por su marido en cercanías de un canal que cruza la ciudad, había manifestado intenciones de ir a la casa de Pablo a buscar a sus dos hijos de 5 y 3 años que en ese momento dormían con su suegra.
Fernández dijo que para evitar nuevos inconvenientes era preferible notificar a Huenteleo de que debía comparecer en la Comisaría, pero negó que se hubiera ordenado la detención del muchacho. En determinado momento el auditorio manifestó cierta sorpresa ante la respuesta de la oficial Fernández ante algunas preguntas relacionadas con su conocimiento policial, en referencia específica a las circunstancias en las que debe desenfundarse el arma.
Fernández relató también que, estando de guardia tuvo que ausentarse a ver a sus hijos y a descansar debido a que llevaba adelante un embarazo de riesgo.
La comunidad de Valcheta mostró en estas dos jornadas de audiencia su lado más sensible. Decenas de personas llegaron hasta el local de la Biblioteca Ceferino Namuncurá a presenciar el juicio oral. Las audiencias hicieron revivir el dolor que desde aquel día de octubre se propagó por la ciudad, ante la muerte de uno de sus integrantes. Desde entonces, se produjo la detención de Flores, quien tras algunos meses de prisión fue puesto en libertad y recuperó su estado policial prestando servicios en esta capital. Martínez, en tanto, también estuvo imputado por abandono de persona pero fue sobreseído y también sigue en la fuerza en San Antonio Oeste.
El 29 de agosto, la fiscal Adriana Zaratiegui, los querellantes Danilo Vega y Mauricio Yearson y el defensor Raúl Cámpora, harán sus alegatos. Y diez días más tarde, el tribunal dará su veredicto, sobre un caso complejo en el que además del establecimiento o no de responsabilidad del supuesto autor de los disparos que hirieron en un tobillo y en el abdomen a Huenteleo, habrá seguramente menciones especiales para un Estado que mostró sus carencias tanto en el ámbito policial como sanitario.
