El campeón olímpico aparecía de a ratos, pero ayer lo hizo en toda su dimensión. Con esa defensa asfixiante, que lo llevó a ser el mejor del planeta hace cuatro años, Argentina le dio una paliza a Croacia (77-53) y se clasificó para los cuartos de final en los Juegos de Pekín.
Con esta gran victoria, el quinteto criollo alcanzó la línea de su rival y ahora encarará la recta final con un claro objetivo: termina primero o segundo del grupo A para evitar un cruce inmediato con Estados Unidos o España.
Con los integrantes del equipo nacional de tenis en las tribunas, entre ellos David Nalbandian, quien así retribuyó el aliento que recibió en su despedida del torneo ante Gael Monfils, se vio la mejor producción argentina del torneo.
El conjunto dirigido por el "Oveja" Sergio Hernández volvió a mostrar una gran solidez defensiva y rápida circulación del balón, por lo que pronto consiguió una importante diferencia de puntos a su favor. Los triples habían sido la marca registrada de los croatas hasta el partido de ayer, pero arrancó con un pobre 0/6, a partir de la notable marca de los argentinos.
Con la defensa asegurada, fue le tiempo de buscar alternativas en ataque. Y así como la dupla Oberto-Scola se encargó de abrir el aro ante los australianos, ayer fue el turno de Andrés Nocioni. El "Chapu" le agregó efectividad en ataque a su habitual entrega y fue clave en ese arranque.
Cuando los equipos marcharon al primer descanso, el tablero marcó un claro 21-13, que sin ser decisivo marcó una tendencia en el partido. Claro que la historia se repitió en el segundo parcial y aunque el campeón olímpico por momentos reguló, llegó a sacar distancias de 18 puntos.
A la vuelta de los vestuarios, Argentina consiguió estirar aún más la brecha, al cerrar el parcial con 21 puntos de ventaja sobre los croatas, que a esa altura sólo podían esperar un milagro para dar vuelta la historia.
No sólo no apareció ese milagro, sino que Argentina marcó en el último tramo del encuentro la mayor distancia de puntos: 30, cuando sólo quedaban 4 minutos y 14 segundos para el final. Ni más ni menos que una paliza, apoyada en una defensa extraordinaria.
La "Generación Dorada" del básquetbol argentino reapareció cuando más se la necesitaba, sacó pecho en un partido clave y ratificó que tiene con qué defender el oro olímpico conseguido en Atenas.
Mañana, por lo pronto, afrontará el partido de la cuarta fecha ante Irán, el rival más débil del grupo. El lunes será el turno de Rusia y si pasa las dos pruebas seguramente esquivará a los "top" de la otra zona.
Mientras tanto, los éxitos ante Australia y Croacia aportaron la tranquilidad en un grupo que está dispuesto a dar pelea. Sabe que la historia es diferente a Atenas 2004, pero con rendimientos como el de ayer, todo es posible. Si repite el trabajo en su llave, está en condiciones de bajar a cualquiera, incluso al poderoso Dream Team.