Jueves 14 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 48 > Sociedad
Veinte horas en viaje solidario
Conmovido por la situación de la Línea Sur, un hombre de Lamarque lleva ayuda en su auto.

INGENIERO JACOBACCI (AJ).- Conmovido por la situación de los habitantes de la región sur, Rodolfo Calendino decidió hacer algo. Fue una nota publicada por este medio, el 6 de julio pasado, lo que lo movilizó. El hombre recorrió los 600 kilómetros que separan Lamarque de Jacobacci -lo que le llevó veinte horas en su viejo Ford Falcon-, para llevar leña, ropa y alimentos a los habitantes de Clemente Onelli y del paraje Anecón.

"La nota fue conmovedora. No podía creer lo que contaban esas personas y las necesidades que tienen. Lloré cuando vi la foto de una chiquita llamada Dalma y me dieron ganas de venir a conocerla. Me dije que tenía que hacer algo, que no se puede ser tan insensible. Así nació este viaje" señaló ayer a este medio Calendino luego de arribar a Jacobacci.

Pero antes de salir, en Lamarque, buscó ayuda. Recurrió a los curas párrocos quienes, luego de interiorizarse sobre el proyecto, se pusieron a trabajar en la recolección de ropa. En pocos días juntaron más de una docena de bolsas de consorcio llenas de ropa.

Por su lado, Calendino consiguió algunas bolsas de papa y zapallos y cortó un poco de leña de su chacra. Cargó lo que pudo en su vehículo, un viejo Ford Falcon rural, al que le enganchó un precario carrito. En una estación de servicios le fiaron la carga de un tanque de nafta, aceite y anticongelante y partió para la Línea Sur.

A Jacobacci se trajo un órgano electrónico y un par de bafles ya que, además tiene una veta artística.

Las condiciones del camino y el difícil acceso a la zona de Anecón son obstáculos muy difíciles de sortear en el viejo Falcon. Por eso ayer, sin dudarlo el municipio de Jacobacci y los bomberos voluntarios del cuartel Carmelo Mansilla se sumaron a esta cruzada solidaria.

Al cierre de esta edición se ultimaban detalles para llegar a Clemente Onelli y Anecón en un vehículo de los bomberos.

Sabiendo que no es suficiente su ayuda para poder llegar a todas las familias necesitadas, Calendino agrega que lo suyo puede ser simbólico pero "ojala sirva para que otras personas se sensibilicen porque vale la pena".

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