BUENOS AIRES (DyN).- El gerente corporativo del grupo Marsans, Vicente Muñoz, dijo que es "falsa" la acusación de que se ha vaciado y "depredado" Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas, pero no logró en la Cámara de Diputados convencer a los legisladores sobre sus dudas sobre la situación patrimonial de las empresas. El directivo atribuyó a "la política aerocomercial" del gobierno y al "hostigamiento" de los "representantes" del gremio de los pilotos (APLA), la decisión del Grupo de vender Aerolíneas.

Patricia Bullrich (CC), Emilio García Méndez (SI), Miguel Giubergia y Alejandro Nieva (UCR), Jorge Sarghini (PJ disidente), Eduardo Macaluse (SI), el pro-kirchnerista Ariel Basteiro, entre otros, hasta el oficialista Alberto Cantero Gutiérrez, insistieron infructuosamente en lograr precisiones sobre el patrimonio y los balances que deja Marsans.

Muñoz reiteró varias veces en una reunión conjunta de las comisiones de Transportes y de Presupuesto que analizan el proyecto del gobierno para re-estatizar las compañías, que le "gustaría que se dejara de hablar tan a la ligera" sobre el supuesto vaciamiento.

El directivo se mostró "satisfecho con el acta acuerdo" firmada con el gobierno y precisó que los 890 millones de dólares de los que se habla "no es endeudamiento, es el total del pasivo de ambas compañías, que al no reflejar el activo es relevante".

Además, mencionó que de ese pasivo "sólo 240 millones de dólares es exigible" y hay 126 millones de dólares que son por "la compra de aeronaves". Muñoz concurrió acompañado a la reunión por Eduardo Aranda (de Interinvest), Jorge Molina (gerente de AA) y el abogado Enrique Ruchut, cuyas explicaciones por momento confusas y sin datos concretos sobre el activo y pasivo real de la empresa provocaron protestas de los diputados.

Aranda trató responder, con poco éxito, las preguntas sobre el resultado de la compañía hasta que, al final, adelantó a Claudio Poggi ( San Luis) que la relación del activo con el pasivo en el balance aún sujeto a aprobación "es mínimo" pero daría positivo.

Pero ni Muñoz ni Aranda lograron aclarar las cifras patrimoniales de la empresa, especialmente en cuanto al número de aviones que pertenecen a Aerolíneas, que fue cambiando varias veces a lo largo de la reunión de más de tres horas.

Muñoz dijo que la decisión de vender la AA se debe al "hostigamiento gremial y la política aerocomercial" del Gobierno que consideró que no privilegió, como hacen otros países con sus aerolíneas de bandera, en materia de tarifas, subsidios y beneficios impositivos. También informó que "en los últimos 12 meses se han perdido 280 millones de dólares" que "si no se hubieran perdido no hubiera tenido deuda exigible la compañía". "Creemos que ha llegado la hora de vender y creemos que la mejor opción es el Estado argentino", sostuvo primero en una declaración oficial.

En tanto, el gerente general de Aerolíneas Argentinas en su proceso de re-estatización, Julio Alak, sostuvo ante los diputados que hay una "necesidad imperiosa de evitar el cierre de estas compañías". Resaltó que "ahora hay un plan estratégico de desarrollo" y atribuyó a "la falta de inversión" de Marsans la debacle.