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Elevan a juicio una causa por trágico accidente en el camino al Catedral | ||
El imputado es el conductor de una camioneta que se desbarrancó a la madrugada mientras circulaba a alta velocidad | ||
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El juez Martín Lozada elevó a juicio oral la causa por doble homicidio culposo y lesiones que se inició el 16 de setiembre del año pasado, cuando el conductor de una camioneta se desbarrancó en el camino de acceso al cerro Catedral y murieron dos instructoras de esquí que transportaba en el rodado. El hecho se produjo a las 2 de esa madrugada, cuando el procesado, Hernán Villoslada, conducía una camioneta Honda desde la base del cerro Catedral hacia el centro por la ruta Carlos Manuel Bustos. Al arribar a la curva ubicada en el cruce con la ruta provincial 79, el imputado perdió el control del auto, se despistó y cayó en el fondo de un cañadón ubicado al costado de ambas rutas. Lozada dictó el procesamiento de Villoslada el pasado 7 de diciembre de 2007, ocasión en que le atribuyó el doble homicidio culposo de Pamela Porco Fisher y Florencia Montoya, y las lesiones a otros ocupantes de la camioneta a su cargo. El resultado, a juicio del magistrado, fue consecuencia de la conducción imprudente del rodado, por haber conducido a una velocidad de entre 114 y 134 kilómetros por hora, que no le permitió mantener el control del mismo. Agregó que a esa elevada velocidad conducía en un contexto metereológico adverso "signado por la nocturnidad, la pista mojada y la llovizna, así como por un precario mantenimiento de esa ruta, traducido en la ausencia de pintura o marcas sobre la vía asfáltica que sirvieran para demarcar tanto sus extremos como su centro". La imprudencia se expresó, según el magistrado, pese a las sugerencias para que condujera más despacio, formuladas por alguno de sus acompañantes durante el trayecto hasta el punto de desbarrancamiento. "Igual menosprecio por los cuidados que en su carácter de conductor de una cosa riesgosa tenía a su cargo lo ilustró el hecho de haber conducido tras consumir bebidas alcohólicas, a punto tal de presentar un estado de intoxicación etílica de aproximadamente un gramo por litro de sangre a la hora del suceso investigado", agregó. La ingesta de alcohol y el estado consecuente, evaluó Lozada al instruir la causa, "debió restarle capacidad de reflejos ante la emergencia súbita, entorpeciendo su adecuada reacción, e imprimiéndole un estado de exaltación emocional que seguramente guardó relación con la alta velocidad impresa al vehículo a su cargo, lo cual le impidió conducirlo sin riesgos para sí y para quienes viajaban a su lado". | ||
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