Jueves 14 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 31 > Policiales y Judiciales
"Nunca quise lastimar a nadie", aseguró Flores
Está acusado de matar a un joven en un forcejeo. Sólo lo tenía que notificar para que vaya a la comisaría.

VALCHETA (Enviado especial).- La muerte de Pablo Huenteleo podría haberse evitado. Si el procedimiento policial para notificarlo verbalmente de que debía presentarse en la comisaría se hubiera postergado hasta un horario razonable, como Rogelio Flores, único imputado en el homicidio, asegura haberle sugerido a su superior inmediato, el incidente que originó el trágico hecho no hubiera pasado de una contravención en la vía pública y una causa menor por violencia familiar.

Ayer, en la biblioteca popular "Ceferino Namuncurá" de esta localidad, las circunstancias que terminaron con la muerte del muchacho de 24 años comenzaron a ventilarse. La Cámara Criminal que preside Pablo Estrabou, a quien acompañan Jorge Bustamante y Raúl Cerdera dio apertura ayer a la primera jornada del juicio en el que se juzga la conducta del sargento Flores en aquella madrugada del 8 de octubre de 2006.

Flores aceptó declarar y en su descargo repitió lo que hasta ahora ha sido su única versión sobre los hechos.

El policía, que continúa prestando servicios en Viedma, relató que cerca de las 5 de la mañana, mientras circulaba junto al cabo Javier Martínez en el patrullero, desde la Unidad se le informó que en cercanías del bulevar "YPF" un hombre estaba golpeando a una mujer.

Al llegar, la joven fue subida al vehículo policial por el cabo, mientras el sargento era insultado por el marido agresor. Relató Flores que tras una breve discusión, él y Martínez llevaron a la joven al hospital donde iba a ser atendida por un psicólogo. "Cuando llegué a la Unidad, la oficial Fernández me dijo que fuera a notificar a Huenteleo para que viniera a la comisaría. Yo le dije que mejor hacía un parte e iba después, porque estaba muy agresivo, pero me dijo que no porque seguramente iba a venir la mujer a radicar la denuncia", dijo el imputado a los jueces.

Flores afirmó que al llegar al domicilio, todavía en la oscuridad de la noche y apenas un rato después del primer incidente, le ordenó a su compañero que se bajara a notificarlo. Pero alegó que en ese momento Huenteleo salió de la casa y empezó a golpear al cabo.

"Me bajé y me intentó golpear a mí. Mientras, la mamá le pegaba a él en la espalda y me decía que me lo llevara porque no lo podía controlar. Para que no me pegara lo empujé y ahí la madre se enojó y me dijo que no le pegara. Entonces salió el padre con un cuchillo", agregó.

Durante su declaración, Flores dijo no recordar las características de esa arma blanca que asegura llevaba Huenteleo padre. Luego dijo que ante la agresión hizo un disparo al aire.

Y que instantes después mientras la mamá lo tenía de la campera y el padre lo amenazaba con el cuchillo, Pablo le dio una trompada que -asegura- le fracturó el tabique.

"Vi como estrellitas y se me nubló la vista. Entonces sentí el disparo", afirmó. El efectivo primero dudó acerca de si se dio cuenta que el tiro había salido de su arma o de otra. Pero luego confirmó que fue de la suya.

"Nunca quise lastimar a nadie, no apreté el gatillo intencionalmente", se defendió.

Inmediatamente después salió hacia el móvil policial, junto al cual permanecía su compañero. "Tomé el micrófono de la radio y pedí una ambulancia", dijo. Mientras tanto, el joven era ingresado por sus padres al interior de su casa.

Pablo Huenteleo fue llevado al hospital. Allí le hicieron las curaciones de urgencia y lo trasladaron a San Antonio. Pero murió poco después.

Registraba en su cuerpo dos impactos de bala, uno en el tobillo y otro en el tórax, que le ocasionó la muerte.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí