¿Qué habrá sacado en limpio el "Checho" Batista después de la victoria 2-0 ante Serbia? Que Mascherano es un gran volante central, pero también un buen líbero; que el arquerito Sergio Romero es un excelente relevo; que se genera poco peligro con un sólo delantero, más allá del sistema táctico; y que no puede faltar Lionel Messi en la cancha.

Es cierto que la selección ya estaba clasificada para los cuartos de final, instancia donde se enfrentará (el sábado a las 10) con Holanda y que era un buen momento para probar algunas variantes, pero las 64.000 personas que colmaron el estadio "Trabajadores de Pekín" no lo creyeron así, y se cansaron de pedir a La Pulga, que nunca saltó a la cancha y que al final le regaló la camiseta nada menos que a Kobe Bryant. Pavada de admirador.

Sin él, sin JR Riquelme y sin Sergio Agüero, el equipo de Batista perdió pimienta y verticalidad en el ataque, se tornó repetitivo y horizontal y hasta llegó a despertar algún que otro silbido. Así y todo, le alcanzó y le sobró con algunos chispazos de picardía y buen fútbol para sacarse de encima a un seleccionado serbio muy rudimentario.

Por ello, Argentina tardó 180 segundos, jugando a media máquina y con una formación alternativa, en poner un jugador a Lavezzi mano a mano. Esta la erró, pero el "Pocho" no falló a los 12 y de penal (se lo hicieron a Di María) abrió el marcador.

Con Fernando Gago manejando los hilos del medio, con Di María marcando diferencia por izquierda y Lavezzi moviéndose por todo el frente de ataque le alcanzaba a Argentina para ser muy superior a los serbios. Ya con el 1-0, fue todo regular y hacer rotar el balón, mientras miles de chinos pedían por "Meshi, Meshi".

Pero la Argentina se volvió monótona y displicente, y sufrió un par de veces, aunque Romero concretó un par de atajadas bárbaras y eso le permitiría seguir siendo titular el sábado.

La segunda parte fue igual, con un par de buenas intervenciones de los dos arqueros hasta que, a los 37 el "Enano" vistió de guante su zurda y clavó un magnífico tiro libre para poner el 2-0 definitivo.