Néstor Kirchner, mantiene su estrategia de bajo perfil desde hace casi un mes, tras la derrota oficialista en el Senado y delegó en la presidenta Cristina Fernández y sus ministros, la recomposición de la relación con peronistas disidentes que pusieron en tela de juicio su estilo de conducción partidaria.
El cambio de estrategia se confirmó esta semana, cuando a pesar del anuncio de sus más cercanos colaboradores que Kirchner retornaría la actividad en el PJ una vez que el gobierno se rearme tras la crisis con el campo.
El ex presidente sigue manejando la conducción del PJ sin mostrarse públicamente, desde la residencia oficial de Olivos.
En efecto, el último acto público que encabezó Kirchner fue el pasado 15 de julio frente a las escalinatas del Congreso nacional, al que convocó como presidente del PJ nacional para contrarrestar la movilización multitudinaria organizada por las entidades del Agro en Palermo en rechazo del proyecto oficial de retenciones agropecuarias, en el momento de mayor tensión de la crisis.
En su último discurso antes de encerrarse en el silencio, Kirchner había acusado a los dirigentes agropecuarios que protestaban contra intendentes y gobernadores oficialistas, de armar "grupos de tareas" y los acusó de impulsar un clima "destituyente".
La reaparición fue el 25 de julio en José C. Paz, pero allí solo habló Cristina Kirchner. El mismo día por la tarde, los tres compartieron otro acto en homenaje a Eva Perón en Berazategui. Luego, Kirchner se mostró -también en silencio- en un acto realizado el 5 de agosto junto a la presidenta y Chávez.