SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El fiscal Enrique Sánchez Gavier pidió que le impongan cinco años de prisión, el mínimo establecido para el robo con armas, a Gustavo Catalán y Francisco Torres, de 29 y 20 años, a quienes le atribuyen haber asaltado en su casa a un criancero que vive solo en una zona alejada de El Bolsón, para robarle el dinero y todo lo que había de valor en su vivienda.
También le efectuaron cortes con un cuchillo a la víctima en casi todo el cuerpo, para que revelara dónde guardaba las motosierras, pero pese a la gravedad del hecho, ocurrido hace más de un año y medio, los acusados conservaron su libertad.
En un momento del debate, mientras declaraba la víctima, estuvo a punto de concretarse el criterio de oportunidad, cuya utilización esta vez fue tentada, pero no consumada.
La causa debatida ayer por la Cámara Segunda del Crimen se originó a la 1.30 del 8 de enero de 2007 en la vivienda de Héctor Vargas, situada en la costa del río Azul, a unos 10 kilómetros de El Bolsón y camino a Mallín Ahogado, cuando se presentaron tres individuos que después de exigirle que abra la puerta la violentaron, lo arrojaron boca abajo sobre la cama y lo ataron de pies y manos.
Mientras uno de los intrusos le apoyaba a Vargas un cuchillo en el cuello, los otros dos se apoderaron de un televisor, una motosierra, un cuchillo de cabo plateado y un rifle automático calibre 22.
El sujeto que retenía a Vargas le efectuó cortes en el cuello, en el brazo y el parietal derecho, en el dorso de ambas manos, en el tórax y en la espalda para que revele dónde guardaba las motosierras y el dinero, y así lograron robarle también los 20 pesos que la víctima atesoraba debajo de su colchón.
Tras la fuga de los asaltantes, Vargas logró comunicarse con su hermana y ésta con la policía, y antes de que llegaran a El Bolsón un patrullero esperaba a la camioneta Chevrolet que conducía Catalán, acompañado por Torres y un individuo a quien no reconocieron.
Los policías declararon que Catalán amagó con detenerse al ver a los agentes, pero aceleró al pasar junto a ellos, y se detuvo un kilómetro más adelante, casi llegando a la ruta
asfaltada, cuando lo alcanzó el patrullero y otro móvil llegaba desde El Bolsón para interceptarlos. Al detener el vehículo, los dos acompañantes de Catalán ya no estaban, y a Torres, a quien reconocieron cuando pasó en el vehículo, lo detuvieron un mes después en la Fiesta del Lúpulo.
Catalán adujo que Torres lo contrató para realizar un traslado de efectos y no tuvo participación en el robo, y Torres dijo que esa noche estaba borracho y durmiendo en su casa.
El fiscal no creyó en esos argumentos y pidió que los condenen a cinco años de prisión. El defensor de Catalán dijo que no había prueba contra su pupilo y pidió que lo absolvieran, y el que defendió a Torres subsidiariamente pidió que le impongan tres meses de prisión por robo simple.