"Todo estaba en llamas", afirma un refugiado suroseto al recordar la noche de miedo y terror que vivió durante los ataques de las fuerzas georgianas en Tsjinvali, capital de la región separatista georgiana pro rusa de Osetia del Sur.
Retorciéndose de dolor en el hospital por una herida de metralla, Dimitri Dezhusoyev, de 62 años, habla de los disparos que marcaron el comienzo del conflicto entre Georgia y Rusia, y de cómo las fuerzas georgianas bombardearon su casa en el centro de la principal ciudad de Osetia del Sur, Tsjinvali. "He visto películas de la Segunda Guerra Mundial, pero nunca vi algo tan espantoso como lo de esa noche. Todo estaba en llamas. El edificio del gobierno cerca de mi casa, el parlamento, una tienda de juguetes infantiles. Todo", dijo.
"Cuando empezó el bombardeo bajé al sótano con mi
familia. Luego un cohete destrozó toda la casa y estalló en el sótano. La metralla saltó por todas partes", cuenta. "Me quedé inconsciente. Cuando me desperté, me levantaron y me llevaron a otro sótano. Mi hijo se ocupó de mí (...) Luego tuvimos que salir al campo. Había tanques georgianos disparando en la carretera", añade.
Al igual que otros refugiados, Dezhusoyev escapó del conflicto a través de un desfiladero, en la frontera que conduce a la ciudad rusa de Vladikavkaz. En las imágenes de la televisión rusa, se podía ver cómo los vehículos llenos de refugiados intentaban hacerse paso en medio de los blindados rusos en la carretera que va de Osetia del Sur a Rusia.
Según Moscú, el número de muertos en Osetia del Sur desde el inicio del conflicto es de 2.000. Unas 40.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares , anunció el Comité Internacional de la Cruz Roja .(AFP)