El guitarrista Baltasar Comotto, quien se destaca en la banda del Indio Solari y brilla en la placa "Un mañana", de Luis Alberto Spinetta, se afianza como uno de los más talentosos del rock argentino y se prepara para presentar composiciones propias de su primer disco solista "Rojo".
Dueño de una capacidad natural para moverse en diversos géneros y tocar junto a artistas disímiles, Comotto trabaja como músico desde los 18 años. Su personal y envolvente sonido y su definida forma de encarar el instrumento constituyen el sello de este músico que asoma y tiene mucho por dar.
Aunque hasta los 20 años tuvo algunos profesores, se considera un autodidacta: "aprendí con las experiencias musicales y con el vínculo con los músicos", expresó.
Su obsesión por el sonido y por "tratar de hacer lo mejor" lo llevaron a toparse en su camino con Spinetta (también participó de la presentación de "Para los árboles"), con el Indio (forma parte de Los Fudamentalistas del Aire Acondicionado desde "El tesoro de los inocentes"), con Javier Malosetti, Francisco Fattoruso, Lito Vitale y Luis Salinas, entre muchos otros.
Ahora, a los 33 años, acaba de lanzarse como letrista y compositor con "Rojo", un disco registrado en forma independiente que le llevó tres años de grabación y que presentó la semana pasada en Buenos Aires junto a los músicos que componen el trío Jhony Monty (bajo) y Ramiro Naguil (batería).
"El disco es un resorte de lo que va a venir, es el principio de mi carrera solista. Lo saqué en septiembre del año pasado y no tuve la posibilidad de presentarlo, así que este show es la culminación de un trabajo y también es como romper un poco el hielo", sostuvo.
El soul, el funk y el rock conviven en este cuidado álbum, donde Comotto le pone su voz suave a una decena de canciones sustentadas en bases sólidas, entre las que se destaca "Milestones", un homenaje a Miles
Davis, y que cuentan con el aporte de invitados como Hernán Jacinto, Patán Vidal, Juan Pablo Jacinto, Ezequiel Kronemberg y Nico Cota.
-¿Te costó definir el rumbo musical del disco?
-Fue paulatino, iba grabando y armaba las bases. Es más cuesta arriba ya que no tuve a nadie que me ayude económicamente.
-¿De alguna manera "Rojo" te ayuda a salir del rol de guitarrista?
-Sí. Acá no hay solos en todos los temas y eso lo voy a seguir cuidando. Si bien soy un fanático de las guitarras y del sonido de las violas, no me considero sólo un guitarrista sino hubiera hecho un disco de guitarras. Me gusta la lírica de las canciones y la función de la guitarra en la canción, pensar a la guitarra como una prolongación de la canción.
-Se puede decir que es un disco abierto musicalmente.
-Soy abierto a las cosas que considero buenas, me gusta mucho la música electrónica, el jazz, el soul, el heavy, el hip-hop.
-¿Cómo te sienta el gran reconocimiento como guitarrista?
-Lo tomo como una cosa que me fortalece, es algo que vengo haciendo, que no se me conozca es otra cosa.
-¿Cómo fue es el trabajo de composición? ¿Tenés facilidad?
-No soy una persona de composición fácil. Me lleva un tiempo y una elaboración. Soy bastante meticuloso, pero igual no me enrosco demasiado.
-¿Cómo vivís la experiencia de tocar con dos de los exponentes más grandes del rock argentino?
-Con Spinetta colaboré en dos temas de su último disco y presenté "Para los árboles". Con el Indio vengo tocando desde el principio de su carrera solista: es un trabajo que me gusta mucho hacer y lo siento realmente. Las exigencias son mayores y desde mi lado quiero rendir lo mejor, no me conformo, siempre trato de evolucionar, es un trabajo que requiere mucha concentración.
-¿Cómo es la forma de trabajo con Los Fundamentalistas...?
-Tenés que cumplir un rol y una función, y esa función tiene que estar perfecta, mecánicamente, todo bien puesto. Hay un nivel de exigencia muy fuerte en el rol que a mí me toca cumplir. La música del Indio es muy emotiva y muy energética, eso lo hace diferente.
-¿Se puede decir que sos un poco obsesivo?
-Sí, mucho. Desde un lado constructivista, es una cuestión de mentalidad. No en el sentido norteamericano sino en el sentido espiritual, de que siempre doy lo mejor y que es una forma de encarar la vida, nunca me quedo tranquilo, pienso en seguir con lo que viene y en generar nuevas experiencias.
-¿Cómo es tu relación con el rock local?
-Es inevitable que te marque. Viví en España mucho tiempo y tuve una cultura europea. A los 10 años vine y seguía escuchando música en inglés, la música nacional me llegó a los 14 años.
-¿Ya estás pensando en un próximo disco?
-Sí, lo escucho más crudo, más saturado, va a ser muy diferente a este, va a estar más inclinado al rock en sí, a reflejar un poco la saturación de la ciudad. Por eso va a ser más sucio y oscuro, con más distorsiones y riffs.
(Télam)