Domingo 10 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 14 > Regionales
"La superioridad nos dejó solos"
La madre y el hermano -también policía- del cabo primero Poblete, condenado por el asesinato de Fuentealba, hablaron con "Río Negro".

LAS LAJAS.- "Soy policía y mi papá fue policía. La superioridad nos dejó solos. Los cuadros más bajos son los que están con nosotros", afirmó ayer Abel, el hermano del cabo primero José Darío Poblete, condenado a perpetua por el asesinato del maestro neuquino Carlos Fuentealba.

"Mirándome a los ojos me dijo que era inocente". La frase le pertenece a María Rosario Rodríguez, madre del policía condenado por matar de un tiro de escopeta de gas lacrimógeno a Fuentealba, el 4 de abril del año pasado en la ruta 22 durante una manifestación de docentes.

Con el rostro demacrado, la madre de Poblete asegura que no bajará los brazos "hasta lograr justicia a pesar de la falta de apoyo oficial", se quejó.

"Si tengo que vender un riñón para pagar la apelación lo voy a hacer, pero quiero que se haga justicia porque una persona inocente está pagando por un hecho que no cometió" sostiene.

El frío del invierno se hace sentir en Las Lajas. Los familiares de Poblete cuentan que ya no duermen tranquilos. Viven en el barrio 20 de Junio. María Rosario desanda con "Río Negro" los escasos metros que separan su casa de la de Abel, su otro hijo policía. Mientras camina las desiertas calles de tierra en su rostro se dibuja, imposible de esconder. Cuenta que casi no sale de su casa y hasta dejó de llevar a los nietos para que jueguen en la plaza. Tampoco tiene ganas de recibir visitas y el único consuelo lo encuentra en su familia.

"Si yo supiera que fue mi hijo sería la primera en pedir perdón pero acá se cometieron un montón de injusticias que terminaron con la condena", suelta.

Abel, hermano menor del cabo primero Poblete, se transformó en un sostén para la familia en tiempos duros.

"Yo soy policía y mi papá también lo fue pero la superioridad nos dejó solos, acá los únicos que estuvieron con nosotros fueron los cuadros más bajos que entienden el sufrimiento por el cual estamos pasando" relató.

La familia Poblete decidió quebrar el silencio convencidos de que José es una "víctima" de las irregularidades que -explican-el abogado defensor Ladislao Simon detalló en la apelación de la sentencia que presentó días atrás ante la Cámara Criminal 1.

"Voy a visitarlo a Zapala una vez por semana o cuando tengo dinero para el colectivo porque somos gente humilde y acá la plata no sobra" cuenta con resignación María Rosario. Asegura que su hijo está bien y que le pide que "no llore" cada vez que la ve.

"Solo una madre puede entender lo que significa ver condenado a su hijo sabiendo que es inocente", agrega.

Los Poblete aseguran que tuvieron que soportar una larga cadena de humillaciones que tuvo su punto más álgido durante el desarrollo del juicio.

"Me hacían entrar por el costado y una vez adentro escuchaba las barbaridades que decían de José hasta que el día de la sentencia no pude resistir más y me descompuse", recordó. De regreso en Las Lajas tampoco encontraron la paz.

"Con crueldad tapizaron la escuela donde van mis nietos con carteles que decían "Poblete asesino", los chicos volvieron llorando" dice. La ansiedad por conocer el resultado de la casación presentada por el doctor Simon ante el TSJ se mezcla con la incertidumbre por el resultado.

ARIEL LEONHARDT

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