Domingo 10 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 22 y 23 > panorama neuquino
La sombra
El bloque del MPN llegó al fallo contra Badano tras un trámite arduo en el que lució dividido. Convendría que el gobierno no olvidara el desafío que le plantea recurrentemente el sobischismo.

"Esto es calidad institucional", resumió, optimista, un funcionario de la Legislatura cercano a la vicegobernadora Ana Pechen, respecto del fallo del juicio político que el viernes eyectó del Poder Judicial a Eduardo Badano, miembro conspicuo del Tribunal Superior sobischista que hundió a la Justicia neuquina.

En Neuquén es la primera vez que se separa de su cargo y se inhabilita a un funcionario mediante un juicio político. El motivo por el que finalmente se destituyó a Badano fue su mal desempeño en el escandaloso jury al ex fiscal Ricardo Mendaña. Pero como éste último se encargó de aclarar, lo más grave de aquel proceso no fue que hubiera dictado sentencia fuera de plazo, sino que fue parte de "una maniobra tendiente a poner al Poder Judicial de rodillas frente al poder político".

Es cierto: esta renovación del Poder Judicial no es suficiente. Dos de los responsables del actual estado de cosas, Sommariva y Fernández, desertaron y se libraron de responder por sus actos. Y otros dos jueces puestos bajo las mismas sospechas, Kohon y Cía, siguen tranquilos en sus puestos. Pero es indudable que el TSJ de Sobisch ya no existe, y que al menos uno de sus miembros respondió por lo hecho. No es poco, para una sociedad a la que le tocó presenciar cómo quedaban impunes los desplantes más descarados del poder. De ahora en más, muchos lo pensarán dos veces.

El fallo es un logro para el gobernador, que se mostró prescindente pero sin cuyo aval no habría sido posible. Además, le sirve al MPN para remontar desencuentros con los sectores medios, que le han venido dando la espalda en las principales ciudades. Le sirve a una gestión que ha mostrado amplitud y tolerancia, pero se la pasa remontando desmadres heredados y hasta ahora no tiene mucho para exhibir.

Pero el oficialismo llegó al crucial pronunciamiento tras un trámite muy arduo, bajo la sombra inquietante del sobischismo. Además de los aliados, varios diputados del oficialismo, como Sandoval, Della Gáspera y Figueroa, estuvieron a punto de votar en contra. No fueron los únicos, ni tampoco fueron sólo políticos los argumentos. La defensa hizo correr versiones alarmistas sobre las consecuencias de un proceso al que tachó de "poco serio". "A veces, el miedo es más efectivo que la Banelco", razonó con sorna un operador de Sapag.

Lo cierto es que, para conciliar posiciones, a último momento hicieron falta llamados de los más altos rangos del gobierno, entre ellos de la vicegobernadora. ¿Acaso los hubo también del propio Sapag? En su entorno dijeron que "siguió fiel a su principio de no intervenir en los restantes poderes". Pero está demás decir que, de fallar en la destitución del único miembro del TSJ que se le puso a tiro, habría experimentado un violento desgaste, sólo comparable al que el fracaso de la resolución 125 le produjo a Cristina Fernández.

El gobierno puede ufanarse de su éxito, pero haría mal en olvidar el desafío que le plantea recurrentemente el sobischismo. Nada muy diferente de lo que le ocurrió con los diputados nacionales, tres viejos sobischistas que en la crisis del campo lo pusieron en aprietos al votar en contra de su aliado nacional. O de lo que le sucede en el bloque del MPN en el Deliberante, donde las huestes del ex gobernador le impiden sellar un pacto implícito de gobernabilidad con Farizano. Sobisch no puede aparecer públicamente, pero siempre está.

Puesto a desandar el camino que lo malquistó con el kirchnerismo -al que necesita dramáticamente para sobrevivir-, Sapag no tuvo más remedio esta semana que desfilar por el besamanos de la Rosada y sumarse a la troupe de aliados optimistas con la que Cristina busca remontar su propia cuesta.

Ahora, para completar la jugada de la Justicia, a Sapag le resta cubrir las dos vocalías del TSJ vacantes. Para hacerlo deberá avanzar sobre pasos firmes, cuestión de no hacer un nuevo papelón como el que le ocurrió con Benavides, el candidato que debió renunciar por falta de apoyo legislativo. Sólo una cosa es segura, la primera vacante la cubrirá una mujer. Los nombres que se barajan son los de la jueza civil Julia Buissón de Baggio y la camarista Lelia Martínez de Corvalán.

En el oficialismo no lo pregonan, pero por lo bajo le endilgan el revés sufrido con Benavides a la falta de control de Quiroga sobre los diputados de su partido. Cierto o no, el predicamento del ex funcionario K entre su gente será puesto a prueba en la interna radical. Por lo pronto, algunos de sus incondicionales de antaño le dieron una fría bienvenida tras su sonada renuncia como funcionario de la Cancillería.

El ex intendente fue muy lejos como vocero oficioso de Cobos y le resultaba difícil volver atrás. ¿Acaso jugó con la posibilidad de que le rechazaran el lance? No es posible saberlo, pero algo es seguro: el largo fin de semana que precedió a su dimisión, nadie lo llamó para pedirle que se quedara.

Quiroga quiere ser gobernador en el 2011, pero para lograrlo necesita revalidar el liderazgo partidario y conservar una base de poder en la municipalidad. Ni lo uno ni lo otro le han de resultar fáciles. En primer lugar, no puede ser candidato porque su afiliación está suspendida y no le queda más remedio que impulsar una figura que lo represente. Entre las que suenan, están el secretario de Cultura Oscar Smoljan para el comité provincia y Alejandro Vidal para el comité capital.

La segunda incógnita es cómo hará Quiroga para encolumnar a Farizano. Si bien ciertos quiroguistas sobreviven en la actual gestión, el intendente les cortó los dedos a varios que guardaban vinculación con la esposa de su antecesor.

No son pocos los que afirman que algunas de las críticas más corrosivas que se formulan al actual intendente provienen de sectores afines al quiroguismo. No faltan tampoco quienes sostienen que de ponerse difícil la carrera por la gobernación "Pechi", en lugar de arriesgarse a una nueva derrota, podría optar por otra vuelta en la municipalidad.

HÉCTOR MAURIÑO

vasco@rionegro.com.ar

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí