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Propios | ||
Demasiados pasos y derroches individuales en un gobierno perezoso. El costo de estos días todavía es indescifrable. Saiz reaccionó y la defensora no podrá hablar en la Legislatura. | ||
Nada de lo que parece es tal como se muestra. El gobernador Saiz penetró activamente en el escenario nacional aunque su preocu- pación es la complejidad provincial. Desacostumbrado y carente de controles, el gobierno quedó inerte frente a la ofensiva de la defensora del Pueblo. Confluyen múltiples intereses, pero el núcleo es inconfundible: ausencia de políticas y dudosos expedientes. La política quiebra la inercia gubernamental cuando el senador Pablo Verani contradice -abiertamente- el poder de Saiz. Qué quedará después de todo esto. Nunca antes el oficialismo quedó tan revelado bajo la lupa de un organismo extraño. Lo peor es que lo encabeza alguien que conoce ese poder desde adentro. La defensora irrumpió en un espinado campo virgen de inspección. El ímpetu expuesto por ella descontrola al oficialismo, poco habituado a estos menesteres. El andar de Ana Piccinini muestra un presente halagüeño. El futuro es mudable, entre pasiones propias y planes ajenos. Un párrafo merece su pasado y su responsabilidad. Del medio siglo de la UCR en el gobierno, Piccinini ocupó cargos centrales durante 17 años: 8 como legisladora y 4 como diputada, mientras que durante los 5 años anteriores a su asunción en la Defensoría -en setiembre del 2006- fue secretaria de Trabajo y nuevamente legisladora. Sus fundados cuestionamientos de hoy carecen de ciertas autocríticas. Sólo ensayó, hasta ahora, una justificación. "Encerrada en los despachos por mi labor parlamentaria, no podía caminar la provincia y no podía ver cosas" de la realidad, explicó en febrero en la Legislatura en su informe anual. Bienaventurada su nueva visión del oficialismo. Hoy, la defensora trabaja y se esfuerza en la búsqueda de culpables en este Estado ausente y, también, de irregularidades que exponen en la superficie un sistema oscuro y enmarañado en el manejo de los recursos públicos, un régimen que siempre gozó de impunidad frente a la indiferencia de los organismos de control. Semanas atrás, Piccinini reunió a miembros del Tribunal de Cuentas y de la Fiscalía de Investigaciones, anticipándoles su ofensiva y advirtiéndoles que quedarían expuestos si continuaban con su tradicional pasividad. El resultado aún no se vio. La arremetida de Piccinini excavó grietas en el seno gubernamental. Saiz advierte que su gestión está en problemas. Primero actúo como si fuera ajeno. El miércoles recién se reunió en Buenos Aires con el ministro Alfredo Pega y le pidió postergar la licitación de alimentos preelaborados por casi 150 millones, que parecía orientada a la tradicional proveedora Flavors-Masily. Esta operación -que en estos días es una de las mayores obstinaciones de la defensora- tiene muchos interrogantes para las escasas respuestas existentes. La postergación de Saiz no fue casual: sabía que el fiscal de Investigaciones, Pablo Berraz, actuaría en esa dirección. Tuvo la información adelantada y evitó un costo mayor. El espíritu de cuerpo ya se impone a las internas. Una sensación contradictoria se observa en parte del gobierno: se regocija porque la investigación y la ofensiva de Piccinini se direcciona hacia Daniel Sartor y Pega en Familia, pero ahora detecta que la explosión detona cerca del gobernador. Hacienda-Rentas eximió impositivamente a Flavors con 1,8 millón en el 2008. El beneficio existía y fue renovado. El mismo se confirmó a pesar de incumplimientos fiscales y conflictos laborales. Para esa proveedora no existieron mayores obstáculos aunque no es fácil acceder a la promoción indus trial en Río Negro. Sólo lo lograron 17 empresas en los últimos tres años. Además, Flavors es una de las cinco con eximición total en Ingresos Brutos y Sellos. La reacción de imperio prevaleció cuando Labor Parlamentaria analizó si aceptaba o rechazaba que la defensora informara en el recinto. El oficialismo clausuró esa posibilidad aunque la propuesta estaba destinada al estado de los centros de jóvenes con tutela estatal. El radicalismo mantuvo el apoyo de fieles laderos: el peperreísta Claudio Lueiro y el disidente del PJ Daniel Cortés. La votación estaba reñida. Saiz y su secretario, Francisco González, llamaron al legislador Mario De Rege para completar la mayoría y frustrar la presencia de Piccinini. El momento exigió relativizar enemistades. También Sartor habló y De Rege retomó ese diálogo cortado cuando fue desplazado del mando del bloque. Todo aportó y el ex vicegobernador acompañó al oficialismo. Faltó coraje y personalidad propia. De Rege priorizó el statu quo. Hay un solo poder cuando el riesgo acecha. Frente a las embestidas, el radicalismo reacciona con los métodos de supremacía. Desde la Legislatura, hace dos años puso a Piccinini donde la puso porque cultivaba iguales ideas. Pero ahora la detesta y le teme, entonces no la quiere escuchar. Hay líneas más trasnochadas. El oficialismo anida un plan extremo: el pedido de juicio político. Miembros del Gabinete lo esbozan y la opción se escuchó en la última reunión del bloque radical. Así, el gobernador no gozó plenamente del escenario nacional más proclive que se le ofreció. Alta exposición política y apertura efectiva en un gobierno kirchnerista necesitado de afectos tras el remezón del cobismo. Dos semanas alcanzaron para que Nación respondiera a viejas demandas rionegrinas. Economía avaló el préstamo del BID (queda el decreto final) y se formalizó un crédito de 40 millones para Salto Andersen. El ministro Florencio Randazzo habilitó pagos de ATN demorados y aceleró el desembolso de los 10 millones atrasados por la emergencia de sequía y cenizas. En la ratificación de fidelidad al kirchnerismo, Saiz escuchó de Randazzo que habrá cargos después de la deserción de los funcionarios del vicepresidente Julio Cobos. El rionegrino recogió la propuesta y acercará un listado. El primer nombre sería el del legislador Iván Lazzeri. El gobierno nacional potencia a Saiz mientras, paradójicamente, su poder territorial se licúa con la marcha de Pablo Verani. El senador oscila entre diálogos con la orgánica partidaria y la elaboración de estrategias con Cobos. Dos caminos contrarios a los de Saiz y que sólo Verani puede transitar con su difusa posición. El ex gobernador participó con Cobos en reuniones para armar coaliciones opositoras a los Kirchner y, luego, se entrevistó con Gerardo Morales, Ernesto Sanz y el rionegrino Fernando Chironi para la reconstrucción partidaria. Esta reunión tuvo dos motivaciones marcadas: Verani prometió lealtad y requirió el urgente levantamiento de la intervención en Río Negro antes de la Convención nacional, mientras que los orgánicos solicitaron un gesto del oficialismo rionegrino de alejamiento al kirchnerismo. Los pasos de Verani constituyen muestras concluyentes de un proyecto autónomo al que pretende Saiz. "Miguel es irrecuperable", sentenció Verani frente a Morales y delineó el destino partidario del gobernador. Tiene razón. Saiz nada tiene que ver con la marcha de Verani. Lo más dramático para Saiz es que su estrategia se dinamita en su gabinete. El ministro Pablo Verani remitió una nota a los interventores para reconocer y prometer el pago de una deuda de aportes de los funcionarios de Hacienda al Comité Provincial. ¿Qué tiene que ver este reconocimiento institucional con el accionar belicoso de Saiz con la intervención? Nada, son líneas contradictorias.
ADRIÁN PECOLLO | ||
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