Domingo 10 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 28 > Internacionales
Sangriento y brutal bombardeo ruso a Georgia
La contraofensiva devasta a la ex república soviética. Temen que la crisis se expanda por todo el Cáucaso.

MOSCÚ/TBILISI (DPA).- Casas bombardeadas y en llamas en Georgia, calles, vías férreas y redes telefónicas destruidas. Los bombarderos rusos causaron devastación en la ex república soviética con un saldo de más de 2.200 muertos.

"En todos lados se percibe el miedo de que la situación vaya a empeorar aún más", declaró la georgiana Rusudan Tabukashvili en Tbilisi.

La guerra en la pequeña región montañosa de Osetia del Sur, que enfrenta a Rusia con Georgia, se ha extendido más allá de las fronteras del territorio secesionista hacia toda Georgia.

Los observadores temen que estalle un conflicto generalizado en el Cáucaso, con sus numerosos focos de tensión.

Las imágenes difundidas por el mundo exhiben una catástrofe humanitaria con decenas de miles de refugiados, centenares de heridos en hospitales rusos.

Los ascendentes precios de las materias primas habían hecho de Rusia un país rico y orgulloso de sus logros económicos.

Moscú había intentado posicionarse en los últimos tiempos como garante de la paz internacional, por ejemplo en la polémica por el controvertido plan de defensa antimisiles que Estados Unidos planea estacionar en Europa oriental.

La televisión estatal rusa transmitió durante toda la jornada música fúnebre. Georgia pone ahora en evidencia la cara menos simpática de Rusia, tras el recuerdo de la invasión soviética a Afganistán en diciembre de 1979.

Muchos expertos trataban de dilucidar por qué estallaba el polvorín del Cáucaso justo en estos momentos. Agosto es tradicionalmente un mes caliente para los conflictos en la región. Pero Saakashvili ya había fracasado en 2004 con un intento de reconquista de Osetia del Sur.

Rusia y Georgia se habían comprometido una y otra vez a la cooperación, dada su condición de vecinos. Pero justamente por esto había reaccionado Moscú con enojo ante la intención declarada de Saakashvili de ingresar a la OTAN y a la UE, junto a Ucrania.

Rusia teme que se quiebren así todas las tradiciones de alianza provenientes de la época soviética y proclamó una y otra vez serias advertencias contra estas tendencias. La situación explotó ahora cuando el actual primer ministro ruso Vladimir Putin,

conocido como un halcón en la política con respecto a lo que considera su área de influencia, estaba en la inauguración de los Juegos Olímpicos en Pekín, mientras que el presidente Dmitri Medvedev, un novato en cuestiones internacionales, se encontraba de vacaciones.

"Fuego olímpico", tituló cínicamente el diario sensacionalista "Moskowski Komsomolez" en su primera plana de ayer con una foto de cohetes en vuelo hacia su objetivo. El diario criticó a la vez a Medvedev por sus "acciones dubitativas".

Putin apuró el regreso y aterrizó anoche en Vladikavkas, la capital de Osetia del Norte, para tomar contacto directo con la situación.

Tbilisi acusó nuevamente a Rusia de pretender "por los medios más brutales" la anexión de Osetia del Sur, territorio aceptado por el derecho internacional como perteneciente a Georgia.

La situación se había agudizado de forma dramática en las últimas semanas.

El factor desencadenante, según la versión de Georgia, fue el jueves pasado el intenso fuego abierto desde Osetia del Sur contra posiciones georgianas.

Las fuerzas de Georgia, que mantenían tradicionalmente un tercio del territorio osetio bajo su control, respondieron el fuego con armamento de gran calibre e iniciaron una ofensiva militar sobre la capital de Osetia del Sur, Tsjinvali.

Las fuerzas rusas recuperaron el control sobre la ciudad este sábado, según reportes desde Moscú. Pero la cifra de víctimas llegó a unos 2.000 muertos en la capital, con miles de heridos.

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