CIPOLLETTI (AC).- "Es bastante duro saber que pueden ser ellos", dijo ayer Roberto Uriarte teniendo en cuenta la relación comercial y de cierta amistad que unía a su familia con los Cau. Hasta ayer el padre de Otoño no tenía detalles de las pruebas en contra de los cuatro detenidos, que hoy serían indagados por la jueza María del Carmen García García.
El viernes, en medio de un gran hermetismo, la magistrada ordenó la detención de los hermanastros Ricardo Néstor "Piloti" Cau (28 años) y José Iram "Pitoco" Jhaffri (24), además de Emanuel Maximiliano "Pachi" Lagos (20) y Ángel Germán "El Gato" Antilaf (30).
"En un comienzo fueron los principales sospechosos, se tomaron como los posibles autores", recordó Uriarte ayer. Las "contradicciones" en sus declaraciones respecto de qué habían realizado la noche del 23 de octubre de 2006 -cuando desapareció la menor de 16 años- sembraron las primeras dudas. Esto, sumado a que la bicicleta de Otoño apareció misteriosamente en su casa cuando testigos aseguraban que la víctima había dejado el rodado en otra vivienda. "El pueblo siempre los apuntó", rememoró el padre de la joven.
Pero por entonces la investigación miraba para otro lado. Hasta la cúpula policial aseguraba que la adolescente se había ido por "su voluntad"; hipótesis que nunca creyeron los familiares y que se hizo trizas cuando casi seis meses después el cuerpo de Otoño apareció dentro del canal, en proximidades de la usina de El Treinta.
Desde ese momento las pericias empezaron a tomar protagonismo y se retomó la pista que llevaba a los Cau.
Uriarte recordó que cuando llegaron a vivir a Fernández Oro, hace unos cinco años, comenzaron una relación comercial con la madre de los ahora detenidos. Les vendían huevos orgánicos y fruta. A partir de este vínculo no sólo Otoño sino también sus hermanos menores comenzaron a dejar la bicicleta en su casa cuando iban al colegio. Además Otoño era amiga de una hermana de los sospechosos, que hasta llegó a quedarse unos días a dormir en su propia casa.
"Teníamos una relación con ellos y nos cuesta creer esto. Es bastante duro saber que pueden ser ellos", reflexionó Uriarte, sin descartar que "haya algo más".
"No creo que se termine sólo con los autores. Podría haber una vinculación con la trata de personas", opinó.
De todos modos, no quiso avanzar en sus apreciaciones hasta tanto tener detalles de las nuevas pruebas que tiene la jueza García García, quien decretó el secreto de sumario en la causa hace unos días.
Sabe que en marzo se hicieron pruebas odorológicas que dieron "positivas" a algunos de los detenidos y que las nuevas medidas están relacionadas con los resultados de estudios de ADN efectuados en Buenos Aires a un nailon negro que fue encontrado en un desagüe, cerca del lugar del hallazgo.
Una fuente dijo que habrían encontrado sangre de Otoño en ese nailon, que según el olfato de los perros, también habría sido manipu
lado por los sospechosos. Pero no hay confirmaciones oficiales por el secreto de sumario.
Hoy al mediodía podrían ser indagados los cuatro y se podrá saber de qué se los acusa, si concretamente por el crimen o por encubrimiento, como evaluaba la defensa.
Ayer los cuatro estaban detenidos en unidades policiales de Cipolletti e incomunicados.
