Sábado 09 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 45 > Deportes
El gran duelo se traslada a Pekín

Derrotado en Roland Garros y Wimbledon, destronado como número uno del mundo y despojado del aura de intocable, Roger Federer buscará la revancha olímpica ante su ya habitual verdugo, Rafael Nadal.

El suizo, que ayer celebró su cumpleaños número 27 llevando la bandera de su país en la ceremonia inaugural de los Juegos, ansía la medalla dorada, uno de los pocos títulos que le faltan.

De lograrlo, reforzaría una autoestima que se encuentra ahora debajo del pie de Nadal, que aplastó en el 2008 al hasta hace poco todopoderoso suizo. Pase lo que pase en Pekín en la final del 18 de agosto, el español será el número uno del mundo tras acabar con cuatro años y medio de reinado de Federer.

"Sé que la gente espera más de mí tras mis últimos cinco años", reconoció el aún número uno. "Pero todavía puedo salvar la temporada aquí o en el US Open", agregó.

Los Juegos son importantes para Federer, que situó la conquista del oro casi al mismo nivel de un GS. Tendrá un duro inicio ante Tursunov, aunque si lo supera su camino hacia la final es más sencillo que el de Nadal, que comienza ante Starace.

En medio de la pelea, la "armada criolla" liderada por David Nalbandian, va por el golpe.

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