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Paula Pareto se cuela en la historia del judo argentino | ||
"La medalla era un sueño" | ||
La argentina Paula Pareto pasó de las lágrimas a la alegría en unos pocos segundos en Pekín. Los jueces dudaron, el público abucheó, pero al final se colgó una medalla de bronce en judo, la primera de Argentina en estos Juegos y la primera en la historia del judo de su país. "La medalla era un sueño, un sueño muy difícil. Vine aspirando a un séptimo lugar, a un quinto lugar, que era lo que creía que podía llegar", dijo emocionada al salir de la pelea por el bronce contra la norcoreana Pak Ok Song. Con 22 años, Pareto dio un golpe inesperado en la primera jornada de competencias de estos Juegos Olímpicos. "Nunca me imaginé esto. La verdad, es una alegría infinita". Se llevó una de las dos medallas de bronce de la categoría de menos de 48 kilogramos y quedó en el podio en el mismo nivel que la japonesa Ryoko Tani, que no se lució tanto esta vez, pero es la más exitosa judoca del mundo, con dos oros, dos platas y un bronce cosechados en cinco Juegos Olímpicos. Pareto tuvo que sufrir. Los jueces primero dieron a su contrincante un punto que hubiera mandado a la argentina a casa sin medalla. Se juntaron, deliberaron y dieron marcha atrás en la decisión después de un confuso lance y contralance. "Escuché en la tribuna que abucheaban, y ella que festejaba, y los árbitros que se paraban y digo ¿qué pasó acá? Y cuando miré el marcador ví que se lo habían dado a ella. Entonces me dio bastante miedo. Si no la ganaba por un mal fallo iba a ser muy triste", contó después. "Creo que fue un error. A veces depende de qué ángulo ves el lance. Tal vez parece que es una cosa para uno y no lo es. Yo creo que pasó eso, porque el juez de la esquina se paró porque quería que lo den para mí", resumió, todavía con el rostro transpirado y huellas de cansancio por las sucesivas peleas. Pareto, que se entrena en el Club Estudiantes, pegó un gran salto desde el quinto lugar que obtuvo en el Mundial de Río de Janeiro en 2007. Aprovechó la ocasión para agradecer a "los chicos" que la ayudan a entrenar, los que ponen el cuerpo. La argentina estudia Medicina. El año pasado pudo hacer solamente una materia y espera poder hacer más ahora que las competencias fuertes quedarán atrás. Mientras, tendrá que tomarse tiempo también para recuperarse de la emoción. La medalla "es algo que jamás lo pensé, es una alegría inmensa, es todo el esfuerzo que uno pone, no para tener una foto, sino para sentir esta alegría que siento hoy, que es inimaginable". Por Andrea Sosa Cabrios (dpa) | ||
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