as aguas están revueltas. La resolución 125 sobre retenciones móviles ya es historia y, sin embargo, no cesan los movimientos frenéticos en la superficie y en las profundidades de la política.
Vaporoso como quedó el Pacto del Bicentenario, es claro el intento del gobierno por relanzar la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. El arrogante estilo presidencial fue objetivamente acotado por la larga y exitosa protesta del campo y el extraño protagonismo del vicepresidente Julio Cobos, el radical de aspecto humilde que hizo caer el proyecto del Ejecutivo, se convirtió en una especie de héroe anti K y empezó a marchar con autonomía vaya a saber uno hacia qué puerto.
Las voces de alarma partieron de doquier. Algunos ejemplos:
" Aliado del matrimonio Kirchner, el diputado Miguel Bonasso pidió el alejamiento del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y una revisión seria de los cálculos inflacionarios. "Cobos -opinó- está jugando la suya desde el momento en que pasó del terror del voto en el Senado al recorrido triunfal del regreso a Mendoza". Para este dirigente, en lo inmediato, el gobierno debería restablecer la credibilidad, la autoridad, el peso de las instituciones y recrear el diálogo. En el mediano plazo, encabezar con nuevos socios un proceso de transformación real de la estructura distributiva.
"El ex ministro Roberto Lavagna señaló que el veloz deterioro de la situación se manifiesta en una inflación ascendente, en un empleo descendente y en falta de inversión. Opinó que el cambio de Sergio Massa por Alberto Fernández en la Jefatura de Gabinete "no es sustancial. No hay oxigenación. El conflicto del campo terminó siendo un conflicto de toda la sociedad".
" El intendente de Junín, Mario Meoni, quien le hizo desistir a Cobos de estar presente en la inauguración de la Rural (aunque no pudo impedir que recibiera al símbolo de los chacareros rebeldes, Alfredo de Angeli), le dijo a este diario: "Compartimos el espíritu de redistribución social, pero creemos que hay distintos caminos y que tenemos que escucharnos. Felipe González, en los '90, decía que las reformas y los procesos revolucionarios del socialismo condujeron al fracaso. Hay que hacer cambios progresivos y permanentes a favor de los más pequeños porque, mientras nosotros nos peleamos, la derecha avanza".
Perdida la confianza en Cobos -así se lo hizo saber el miércoles en la Rosada-, Cristina se recostó en las estructuras sindicales ortodoxas y en los intendentes del Gran Buenos Aires, la mayoría peronista. Empezó a lanzar medidas que promueven la movilidad de los haberes jubilatorios y tratan de captar a la esquiva clase media, que en el largo pleito de 120 días volcó sus simpatías hacia las entidades agropecuarias.
Dueña de la "caja" que le transfirió su marido, Néstor Kirchner, y que administra el cada vez más poderoso ministro de Planificación, Julio de Vido, la presidenta "castigó" al gobernador cordobés, Juan Schiaretti, quien se había colocado del lado del campo. Hubo graves incidentes en la "Docta" y ahora Massa está tratando de restablecer la relación con el mandatario, aunque el ministro del Interior, Florencio Randazzo, culpa del descalabro a la situación financiera que le dejó José Manuel de la Sota, hoy un declarado enemigo del "stalinista" Kirchner.
Otra de las batallas que se vienen, también en el ámbito parlamentario, gira alrededor de la reestatización de Aerolíneas Argentinas, en la que está empeñado el kirchnerismo. El secretario de Transportes, Ricardo Jaime, anticipó que si bien se permitirá el ingreso de capitales privados, "nunca más se cederá el control como se hizo con los servicios públicos en los '90".
El proceso será intrincado. Habrá que fijarle un valor al traspaso y saber qué se hará con los miles de empleados. Ya hay denuncias judiciales por sobreventa de pasajes.
Jaime explicó así uno de los aspectos de la operación: "Cuando usted va a comprar una empresa, existen activos y pasivos. De la diferencia, se determinará el valor de la acción. Si se dice que vale 10 pesos y nos están debiendo 11, entonces nos seguirán debiendo 1. Si vale 10 y nos deben 9, tendremos que pagar 1. Pero eso tiene que resultar del análisis que hagan las empresas y el Tribunal de Tasaciones de la Nación".
La prueba en el Congreso será crucial, más después de la experiencia dolorosa del campo. ¿Recreará el oficialismo su mayoría?
ARNALDO PAGANETTI
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