LA PAZ.- El gobierno de Evo Morales garantizó ayer, mediante un conjunto de medida,s la seguridad para los comicios de mañana en el referéndum revocatorio mientras la oposición mantuvo sus críticas a la consulta y sus medidas de protesta y se mantiene la incertidumbre sobre qué pasará después.
Bolivia vive la tensión por el enfrentamiento creciente entre el gobierno y seis de los nueve departamentos, que desafían su proyecto indigenista y estatista.
Según un sondeo publicado a comienzo de esta semana, el mandatario no debería tener problemas para sobrevivir al referéndum, pero igual pasa con sus adversarios más caracterizados, entre ellos el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, convertido en el principal opositor de Morales.
Las dudas sobre la aceptación o no por parte de la oposición de los resultados del referéndum revocatorio para el presidente y ocho de los nueve prefectos generan incertidumbre y una tensa calma.
Faltan 24 horas para que más de 4 millones de bolivianos decidan si acompañan al presidente Morales en los cambios políticos y económicos que lleva adelante desde hace dos años y medio y lo ratifiquen en su cargo o, por el contrario, votan a favor de la revocatoria de su mandato que se efectivizará sólo si el "no" obtiene un punto más que el 53,7% con el que fue electo.
En el gobierno confían en que Evo Morales obtendrá cerca del 60% de los votos y que eso será el "espaldarazo que "servirá para dividir a la oposición", que deberá aceptar la voluntad popular, dijo anoche una fuente oficial.
Por su parte, los ocho prefectos (gobernadores) que deben ir a las urnas para refrendar su mandato, continúan con sus medidas de fuerza y con una andanada de declaraciones en los medios que llegan hasta pedir "derrocar al presidente".
Más allá de la suerte que les depare el voto popular, cada uno de los prefectos sabe que la decisión tomada por la Corte Nacional Electoral (CNE) de elevar al 50% más un voto negativo el límite para que sean revocados de sus mandatos, fue una concesión del gobierno central para pacificar el país y por eso cuestionan igual el referéndum.
El prefecto de Cochabamba, Manfred Reyes Villa descalificó ayer las medidas de seguridad tomadas por el gobierno denominada "auto de buen gobierno" y reiteró ante los periodistas locales que "nada ni nadie lo sacará" de su cargo. (AFP/Télam)