BUENOS AIRES (DPA) - El argentino Juan Taratuto es una "rara avis" dentro del nuevo cine nacional: un director joven que se dedica a filmar comedias románticas y al que, además, le va muy bien en las taquillas.
Su tercera película después de "No sos vos, soy yo" y "¿Quién dice que es fácil?" se llama"Un novio para mi mujer" y, una vez más, narra la historia de una pareja de treinta y tantos que debe encontrar la forma de convivir bajo el mismo techo a pesar de las diferencias.
En esta oportunidad, el protagonista no es Diego Peretti ("Tiempo de valientes"), quien actuó en sus primeras dos películas, sino el actor y productor de televisión Adrián Suar ("Cohen vs. Rosi", "El día que me amen"). Sin embargo, el mayor peso de la comedia recae en Valeria Bertucelli ("Lluvia", "XXY"), que encarna a "la Tana", una mujer en crisis que no sabe qué hacer con su vida y que se la pasa quejándose de todo, desde los titulares del diario y los encendedores (mecheros) que no prenden hasta "los buscadores de coincidencias", "esa gente que cree que porque dos personas son del mismo signo se tienen que llevar bien".
Harto de sus quejas, "el Tenso" (Suar) decide separarse pero no encuentra el valor para decírselo a su esposa. Entonces contrata los servicios de "el Cuervo Flores", un afamado rompecorazones de barrio interpretado por Gabriel Goity (quien protagoniza actualmente en teatro "Gorda", de Neil Labute), para que seduzca a su esposa y poder "sacársela de encima".
En una distendida conferencia de prensa en Buenos Aires, donde no faltaron las bromas mutuas entre el director y el elenco, Taratuto se mostró confiado en que a la película, que se estrena el próximo 14 de agosto en Argentina, le irá bien en las taquillas.
"Creo que a la gente cuando hay algo de la película que la engancha, desde el póster, los trailers, el título, el tono, el tema, o el boca o boca, más o menos las películas funcionan. Pero es también un misterio por qué funcionan, y eso es lo interesante del cine. De todas formas, estamos confiados porque estamos orgullosos de la película que hicimos", afirmó.
Bertucelli confesó entre risas que se inspiró "en un pariente muy cercano" (¿una tía? ¿una suegra?) para componer su personaje, pero que por razones obvias no podía dar el nombre. "Tenía muchas ganas de hacer comedia, lo disfruto mucho", afirmó.
Goity dijo sobre su personaje, "el Cuervo Flores", que no quiso perdérselo "bajo ningún punto de vista". "Es un tipo que sufre mucho, porque se enamora de las mujeres de sus amigos, es una especie de maldición que tiene, no está orgulloso de eso. Era un personaje entrañable para hacer, un tipo que se enamora de las mujeres de sus amigos, no que se las birla (roba)".
Suar, el marido en cuestión, señaló que "Argentina transita poco el género de comedia" y que se "ningunea mucho al cine popular". "En Argentina hay un lugar común, un cliché, por el cual las películas serias, 'seudocomprometidas', son más valoradas, aunque a veces no las terminamos de entender. La comedia es un trabajo muy difícil. En este caso, no se trata sólo de una comedia romántica, tiene una trampa. Puede aparentar algo liviano, una comedia de enredos, pero lo que tiene de trasfondo es la poca comunicación en la pareja".
Goity también hizo una encendida defensa de la comedia y de las películas "taquilleras": "Lo que a mí me irrita muchísimo es cuando se habla de algo popular como algo bajo. ¿Por qué lo que le gusta a mucha gente tiene que ser barato? ¿Quién fue el imbécil que dijo eso? Se confunde a la gente. Entonces muchos te dicen 'Ay, el cine argentino es tan bueno pero no lo entiendo'. O los críticos les dicen que algo es la octava maravilla y van a ver la peli y se quedan afuera porque no entienden nada".
Taratuto, ajeno a las polémicas, apuntó que Argentina comete el error de compararse con la cinematografía del Primer Mundo. "Siempre tenemos la fantasía de que somos lo que no somos. Somos un país del Tercer Mundo en la punta de Sudamérica y tenemos que compararnos con la cinematografía que pueden tener Uruguay, Brasil, Paraguay, Ecuador. Si pensamos igual que Francia no estamos siendo conscientes del país que somos. Comparado con el continente latinoamericano, con una misma realidad social, cultural, política, en Argentina se hace mucho cine". Y eso es lo que, en su opinión, importa.