CIUDAD DE MÉXICO - La fundadora de la Asociación Argentina de Trabajadoras Sexuales (AMAR), Elena Reynaga, dijo el miércoles en la Conferencia Internacional del Sida en México que desaparecer la prostitución no contribuirá a frenar el avance del HIV.
"Desaparecernos no resolverá la epidemia", aseguró la activista, quien agregó que lo mejor es proveer a este sector de las herramientas necesarias para protegerse del contagio y otros problemas. En la mayoría de los países "no se reconoce el trabajo sexual como un trabajo", planteó la activista en la ponencia "Trabajo sexual", una de las más ovacionadas hasta ahora.
"Los Estados nos rechazan porque dicen que no aportamos". Según Reynaga, también trabajadora sexual, muchas veces se les culpa de propagar el sida, aunque sus tasas de infección no son muy altas. En América Latina, explicó, el 9 por ciento de ellas vive con el virus en Jamaica y Honduras, mientras que en México y Brasil la cifra alcanza al 5 por ciento y en Argentina al 2,5. Agregó que muchos contagios se deben a la pobreza y sus consecuencias, no obstante la mayoría conoce los riesgos y se protege. "Se ha demostrado que hay una gran relación entre trabajo sexual, pobreza y prevalencia".
Reynaga lamentó que se les niegue "el derecho a la salud y la existencia".
"Sin embargo aquí estamos", indicó sobre la existencia de su profesión y el hecho de que por primera vez las trabajadoras sexuales participan en una Conferencia Internacional sobre el Sida, el evento más importante en la materia.
De acuerdo con la activista, este sector sufre falta de protección legal y jurídica, además de violencia y discriminación, incluso a nivel institucional.
"Sin ir más lejos, la guía de ONUSIDA nos recomienda cambiar a un trabajo decente... ¡como si lo que hiciéramos no fuera digno!". En Zambia, dijo, "las trabajadoras sexuales son azotadas". En Camboya y Congo detenidas hasta por meses, torturadas y violadas por policías y militares, quienes las liberan tras pagar altas sumas.
En 2007, informó Reynaga, en América Latina se registraron 34 asesinatos de trabajadoras sexuales hasta el momento sin resolver. Denunció que la ayuda económica contra el HIV/sida no llega a ellas y cuando lo hace es mediante programas que no conocen sus necesidades.
Por eso, pidió incluirlas dentro de la toma de decisiones. (DPA)