SAN MIGUEL DE TUCU-MÁN (DyN) - El ex jerarca de la dictadura militar Antonio Domingo Bussi recibió el alta médica, volvió a su casa de un country de esta ciudad y hoy deberá sentarse en el banquillo de los acusados en el juicio por la desaparición del senador Guillermo Vargas Aignasse, en 1976.
Fuentes del caso informaron que el ex represor y ex gobernador de Tucumán salió del Centro Privado de Cardiología, donde pasó 48 horas internado, luego haber sido revisado por el perito médico de la Corte Suprema de Justicia, José María David. "Actualmente (Bussi) se encuentra compensado y está en condiciones clínicas de participar de la audiencia el día de mañana (por viernes)'', sostuvo David en un informe divulgado por el alto tribunal. El especialista aseguró que los estudios realizados a Bussi "descartaron la presencia de un evento coronario agudo en curso" que requiera la asistencia con exígeno, como ocurrió en la audiencia del martes.
Ricardo Bussi, uno de los hijos del general retirado, se quejó ante los periodistas de que "el médico de la Corte cree que mi padre, con 82 años, está en condiciones de ir a jugar al tenis con David Nalbandian". Sin embargo, organismos de derechos humanos lo acusaron de simular para eludir la justicia
El estado de salud del ex interventor militar tucumano y ex jefe del Operativo Independencia entró en una zona gris el martes, durante la jornada inaugural del juicio que se le sigue junto a su ex superior y ex comandante del III Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, por el caso Vargas Aignasse.
Durante las más de dos horas que duró la audiencia Bussi había permanecido sentado en el banquillo de los acusados, con una mochila de oxígeno, y por momentos -"cuando las cámaras lo enfocaban", según dijo el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde- entrecerraba los ojos y parecía adormecerse.
Pero luego del cuarto intermedio del mediodía, el ex general aseguró que sentía dolores en el pecho, por lo que el perito médico Mario Andrés Galvez lo revisó y recomendó su internación a fin de someterlo a estudios y análisis en prevención de "un posible síndrome coronario agudo". Finalmente, Bussi salió acostado sobre una camilla de la sala de audiencias en dirección hacia una ambulancia, que lo trasladó a un instituto privado de cardiología, mientras muchos manifestantes que aguardaban en la calle gritaban e intentaban golpear el móvil sanitario.
Bussi y Menéndez -81 años, cumple prisión perpetua por otra causa en Córdoba- afrontan una acusación por los delitos de violación de domicilio; aplicación de tormentos reiterados; homicidio calificado; privación ilegítima de la libertad agravada y asociación ilícita, los que constituyen delitos de lesa humanidad.
La etapa de prueba en el proceso iba a abrirse el miércoles, cuando declararía Marta Cárdenas, esposa de Vargas Aignasse y la última persona en verlo con vida antes de su secuestro, el 24 de marzo de 1976.
Luego estaba previsto que de su testimonio el represor Alberto Luis Cattáneo, quien se desempeñó como segundo comandante de la V Brigada de Infantería del Ejército en la dictadura y ordenó el traslado del entonces senador a una cárcel desde la que fue desaparecido. Según afirmó el fiscal federal Emilio Ferrer, quien intervino en la causa judicial, Vargas Aignasse estuvo " alojado clandestinamente en la Brigada de Investigaciones" y allí "fue sometido a tratos crueles inhumanos e interrogatorios bajo torturas".
El senador, padre del actual diputado justicialista Gerónimo Vargas Aignasse, tenía 35 años al momento de su secuestro, era licenciado en Física y había sido electo legislador provincial el 11 de marzo de 1973 tras integrar la lista del Frejuli.