CIPOLLETTI (AC).- La "viveza criolla" no tiene límites. En Cipolletti hay preocupación porque en los últimos meses han crecido considerablemente las denuncias por "hurto o extravío" de cheques y chequeras. Las autoridades policiales creen que un gran porcentaje son falsas y se realizan como una maniobra financiera porque notan más preocupación en obtener una certificación que en recuperar lo perdido.
En el microcentro de la ciudad funcionan siete sucursales de bancos, dos de tarjetas de crédito y un par más de financieras, lo que significa un gran flujo permanente de personas realizando trámites con dinero y cheques.
Durante los últimos meses, en la Comisaría Cuarta de esta ciudad aumentó el número de denuncias de este tipo, al punto que por semana se registran entre siete y diez.
Este ritmo se mantiene prácticamente desde principio de años, exceptuando las dos semanas de vacaciones de invierno, en las que hubo menor movimiento financiero. Si bien no hay estadísticas precisas, está certificado que los números se han disparado con respecto a los del año pasado.
La Policía dice que no puede prejuzgar, pero tiene grandes sospechas de que la gran mayoría serían falsas.
"Nos llama mucho la atención la facilidad con que la gente pierde o le roban un documento tan importante como es un cheque o una chequera entera, y que lo primero que pide es la certificación, no se preocupan tanto por recuperarlo", comentó el subcomisario Jorge Carrizo.
Por ello comenzaron a afinar el ojo en este tipo de situaciones ya que podría estar consolidándose una especie de "industria del cheque robado".
En muchos casos, el propietario del documento realiza la denuncia con el objetivo de conseguir una "justificación" para demorar la mayor cantidad de tiempo posible la entrega del valor, y de esa forma gana tiempo en el pago de alguna deuda.
Claro que desde hace tiempo que este trámite dejó de ser sólo una exposición policial, para convertirse directamente una denuncia penal.
Ello implica que por cada sumario un oficial destina gran parte de una mañana ya que además de tomar el testimonio, se debe confeccionar la certificación que se lleva el denunciante como comprobante de la pérdida o el robo, notificar a la fiscalía y juzgado correspondiente y luego completar el trámite en la comisaría.
Además del tiempo que implica la realización de este tipo de trámites, hay que sumarle el costo financiero que le significa a la Justicia la apertura de un expediente, que generalmente no llega a buen puerto.
Para la Policía, otro dato que puede llevar a pensar que un alto porcentaje de las denuncias son falsas es que muy pocos casos son los que se puede recuperar la documentación denunciada.