Los ochenta dejaron su huella. Fueron para toda una generación años intensos y extraños. De Michael Jackson a Soda Stereo pasando por Miami Vice y los diálogos desquiciados de Olmedo y Porcel.
Muchas de las tendencias que se insinuaron en los 70 encontraron en la década siguiente un espacio de desarrollo y su punto más alto.
Todo era alto por entonces: las grandes bandas de rock tocaban fuerte y pesado, los románticos derrochaban miel en sus canciones, los peinados eran raros y modernos, la locura y la corrección se daban la mano. Freddy Mercuri era un rey al tiempo que una reina.
El sabor de los ochenta nos quedó en los labios. Es todavía un beso que no se apaga.
Hoy, ya adultos y un poco conflictuados, en un rincón de nosotros continúa viviendo ese chico dispuesto a darse un baño de fantasía y a vivir como si fuera protagonista de una película de Hollywood.
El pasado, incluso el que contiene nuestros mejores recuerdos, no puede ser vividodos veces. Pensando en que al menos poseemos la facultad de la memoria, nos hemos autoimpuesto esta entretenida disciplina de mantener activo un blog. Y también esta columna. Los Sobrevivientes, es sobretodo un ejercicio emocional.
Por estas horas -y sólo por estas horas porque el posteo es una actividad vertiginosa- los lectores encontrarán en el blog, una repaso a la historia de Asterix y Obelix, el clip de una dama vestida de rojo -con sabor argentino-, un breve manifiesto en favor de que vuelvan los lentos, un simpático video musical hecho a partir de las principales series y películas de la década de los 80 -producida por el equipo de Los Sobrevivientes-, además de entrevistas, recomendaciones y noticias -como el regreso triunfal de ABBA-que tienen que ver con aquellos años.
Acaso un poco más gruesos, más curtidos y también más sabios, los hijos de los ochenta, han sobrevivido para contarlo.
GUSTAVO NORI
gnori@rionegro.com.ar