ROCA (AR).- Dos jóvenes que actualmente se encuentran cumpliendo penas de 14 y 18 años de prisión, podrían ser condenados a pasar el resto de sus días tras las rejas. El pedido fue elevado ayer por el Ministerio Público Fiscal, que solicitó reclusión perpetua para los acusados, al considerarlos responsables del asesinato de otro interno ocurrido el 2 de enero de 2006 en el Establecimiento de Ejecución Penal 2.

Se trata de Raúl "El Chino" Avilés (25 años) y Oscar Jara (28), quienes ayer escucharon el pedido de sentencia que fue elevado por el fiscal de Cámara subrogante, Eduardo Scilipotti, quien aseguró que se encontraba ampliamente probada la participación de los dos imputados en el homicidio de Hugo Irusta Sueldo.

La víctima, quien estaba detenida bajo sospecha de haber participado semanas antes en el crimen de dos hombres en Cipolletti, fue ultimada el 2 de enero de 2006 en una celda del pabellón 9.

Para el fiscal, no alcanzó con el testimonio de algunos testigos propuestos por la defensa, quienes habían asegurado que ese día, pasadas las 20:15, habían estado compartiendo en distintas circunstancias algunos momentos con los acusados.

Pero el testimonio más comprometedor de este proceso no se escuchó en la sala de la Cámara Primera del Crimen que integran Carlos Gauna Kroeger, Mario Buffi y Flora Díaz.

El único testigo que pudo presenciar la brutal agresión nunca se presentó a declarar ante los camaristas y lo último que se supo es que había viajado a Córdoba para trabajar de albañil en esa provincia.

Es por eso que los magistrados decidieron incorporar por lectura el testimonio de Diego Gómez, el interno que esa noche -en medio de una crisis de nervios- avisó a los guardias que su compañero había muerto a manos de una banda de individuos que buscaba venganza por el sangriento hecho ocurrido semanas antes en Cipolletti, y por el cual la víctima se encontraba detenida.

Reconocimiento

Justamente su declaración ante el juez instructor resultó determinante.

"De él (por Jara) y de Avilés no me voy a olvidar nunca", fue el comentario irrefutable de Gómez cuando se practicó una rueda de reconocimiento en el mismo penal. Además de estos sujetos, otros cuatro individuos habrían participado del ataque pero ante la falta de pruebas, se decidió dictarles la falta de mérito.

En la primera jornada se conocieron algunos detalles estremecedores del brutal ataque ocurrido en la celda del interno, donde fue ultimado de 34 cortes en distintas partes del cuerpo.

Algunas de las heridas cortantes fueron en el cuello y en el abdomen, aunque el que le costó la vida fue un puntazo que le atravesó el corazón y le provocó la muerte de manera prácticamente instantánea.