MOSCÚ (DPA) - Miles de personas dieron su último adiós ayer al escritor Alexander Solzhenitsyn, cuyo cuerpo fue exhibido con el ataúd abierto en la Academia de las Ciencias de Moscú.

Entre los asistentes estuvo el primer ministro ruso, Vladimir Putin, quien colocó un gran ramo de rosas rojas junto a una fotografía en blanco y negro del escritor. Ya antes de la apertura de las puertas había cientos esperando entrar bajo la lluvia.

Solzhenitsyn, que era un ferviente cristiano ortodoxo, será enterrado hoy en el cementerio del monasterio de Donskoi. El autor, que se hizo famoso en todo el mundo por su denuncia de los horrores del régimen de Stalin, murió el domingo a los 89 años por un fallo cardíaco. Se espera que a su entierro acuda asimismo el presidente, Dmitri Medvedev, que interrumpirá para ello sus vacaciones en el Volga.

En la ceremonia en la Academia, en la que no se pronunciaron discursos, la viuda, Natalia, y sus dos hijos recibieron el pésame de los asistentes. Junto al sarcófago de caoba cubierto de raso blanco había una guardia de honor y una bandera de Rusia con una banda negra. Su muerte generó tristeza en todo el mundo.

En 1970 se le había concedido el Premio Nobel. Tras la publicación en Occidente de su libro "Archipiélago Gulag" en 1973, fue expulsado de la Unión Soviética y no pudo regresar a Rusia hasta 1994.

Solzhenitsyn era considerado la encarnación del horror y el sufrimiento de millones de personas bajo la dictadura de Stalin. La reelaboración literaria e histórica que hizo de los crímenes del régimen comunista abrió los ojos a personas en todo el mundo acerca de la brutalidad de la URSS.