Fortaleza es una gran ciudad del nordeste brasileño que cuenta en la actualidad con alrededor de tres millones de habitantes. La autodenominada "ciudad de luz" hace honor a su nombre, desde horas muy tempranas, cuando el Dios Febo aparece magnánimo y resplandece sobre sus elevados edificios y hoteles.
La temperatura promedio anual del lugar, ronda los 28-30°, con escasas lluvias y brisas sosegadas.
Esta localidad, capital del Estado de Ceará, es conocida por sus castañas de cajú, su industria pesquera, sus ceras y zapatos.
La costanera enmarcada por una vegetación de profusos árboles y palmeras es un ventanal al límpido mar, donde artesanos pescadores recogen sus redes cotidianamente.
A lo largo de su recorrido vendedores formales e informales ofrecen desde agua de coco, gaseosas, choclos cocidos, pescados, cuadros, mantas, remeras y artesanías.
Estas características, peculiares por cierto, no consiguen por sí, diferenciar a Fortaleza de otras ciudades marítimas atlánticas.
Pero hay un sorprendente ritual diario, que sí la distingue definitivamente, de cualquier otro lugar.
Es el que ocurre todas las mañanas entre las 5 y las 7,45 cuando, antes de cada jornada laboral, cuando miles de personas comienzan su día caminando, trotando o corriendo por la Avenida Beira Mar.
Esta arteria de más de 6 km de extensión constituye un auténtico punto de encuentro para ancianos, adultos y jóvenes sin distinción de sexo, ni de cualidades físicas.
Tanto la vereda de unos 10 metros de ancho, como buena parte de la cinta asfáltica vehicular - señalizada con conos y especialmente cedida en dichas horas por la Prefectura del lugar- son invadidas por una verdadera marea humana decidida a empezar saludablemente su día.
Solitarios que escuchan música o conversar por celular, parejas que charlan animadamente, amigos que ríen, hasta padres que incorporan a sus hijos, son una postal de esta práctica realizada con absoluta naturalidad.
Para los que no realizan actividades aeróbicas por su propia cuenta, hay preparadores físicos que ofrecen su asesoria, así como propuestas guiadas para la tercera edad, tae kwon do, gimnasia localizada y "escolinhas" de fútbol y voleibol en arena. Por su parte las academias -nuestros gimnasios- son locales con nutrida concurrencia de público.
La actividad física pasó de ser una melodía tarareada por la mayor parte de la población, para convertirse en una verdadera manifestación cultural.
Como señala el Licenciado en Educación Física Rómulo Souza, convergen para ello factores climáticos-a partir de las 9 la temperatura supera los 30 grados y el sol se pone sobre las 17,30-; culturales -la gente se ha acostumbrado a realizar actividad física desde el mismo amanecer-; geográficos- la costanera marítima es el lugar más natural de la ciudad ,concentrado además en 6000 m de extensión- y sociales -ya que el sitio se ha convertido en el epicentro de reunión de las personas-.
Luego de las 8 el día laboral espera, la avenida costera poco a poco se vacía. Entonces se puede leer un enorme cartel que a modo de síntesis reza "Exercite-se com Alegría!".
MARCELO ANGRIMAN (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Abogado. Profesor Nacional de Educación Física. marceloangriman@ciudad.com.ar
