NEUQUÉN (AN).- Con la tensión social en aumento, el intendente de Senillosa Raúl Béttiga intentó ayer dar una muestra de poder con una reunión que se hizo en la seccional del Movimiento Popular Neuquino (MPN) donde defendió su gestión y criticó a quienes "manipulan" a un grupo de vecinos.
En los últimos días, el intendente fue blanco de dos cacerolazos e incluso sufrió manifestaciones frente a su domicilio particular. Béttiga ha minimizado los reclamos e su contra pero al enumerar a los grupos que lo acosan y lo acusan de corrupción tuvo que tomarse su tiempo. Mencionó: a miembros del gremio ATEN, sectores resentidos de su partido, empleados municipales, familiares y amigos de estos últimos y "estafadores convertidos en víctima".
La última alusión es por gente que compró electrodomésticos en Neuquén presentando documentación de la municipalidad y haciéndose pasar por empleados de la comuna. Por este caso, hay una causa judicial en marcha y personas que aseguran que todo fue orquestado por allegados a Béttiga.
Los vecinos de esta localidad, ubicada a 10 kilómetros de Plottier, presionan con las cacerolas y con marchas y quieren que el Concejo Deliberante instrumente alguna medida para investigar al intendente y a parte de su gabinete.
En declaraciones a los medios de prensa, entre otras cosas, han descripto los bienes que tienen los funcionarios comunales y piden que se investigue el origen de los fondos con que fueron adquiridos.
Con todo, los vecinos se mantienen movilizados y programan nuevas protestas contra el intendente y sus funcionarios más cercanos.
El intendente denunció que durante una de las manifestaciones contra vivienda de su secretario privado se puso en riesgo la integridad física de la hija de su colaborador. Béttiga también denunció que le doblaron la reja de su casa.