Juan Román Riquelme es el capitán del equipo del "Checho" Batista y, como tal, por ese motivo fue el encargado de ofrecer una de las últimas impresiones antes del debut de mañana (a las 8:45) ante Costa de Marfil.
Por momentos un poco fastidioso, sobre todo cuando le consultaron acerca de su pelea con Lionel Messi, el "Torero" dijo que desde su punto de vista, si hay triunfo ante los africanos habrá "una gran parte de la clasificación asegurada". El enganche aclaró que el partido ante Costa de Marfil será "difícil" y recordó lo que sucedió en el Mundial de Alemania: "Parecía que los teníamos liquidados con el gol de Saviola, pero al final nos complicaron".
Riquelme recordó que con la camiseta de la selección argentina "siempre está la obligación de ganar" y dejó en claro que el plantel que lidera "va a dejar todo para retener el oro" que obtuvo en Atenas el 11 de Marcelo Bielsa.
Mientras el mundo entero, y Oriente en particular, hablan de Lionel Messi, de su talento, el conflicto con el Barcelona y su mala relación justamente con Riquelme, el que la descose en los entrenamiento es el "Pocho" Ezequiel Lavezzi.
El jugador del Napoli pasa desapercibido en Shanghai, pero durante los entrenamientos se despierta y contesta con goles. Ayer, frente a los micrófonos, confesó que se moriría porque su próximo tatuaje, el número 19, sea la medalla de oro olímpica.
"Y sí, me gustaría tatuarme una medalla de oro. Sería como un sueño", tiró entre risas el delantero del Napoli, quien será el ladero del "Kun" Agüero en el debut de mañana ante los marfileños. Para Lavezzi, igual que para Román, "el primer partido será muy importante en lo anímico".
Mientras, Batista mandaría a la cancha a Ustari; Zabaleta, Garay, Pareja, Monzón; Mascherano y Gago; Riquelme y Messi; Lavezzi y Agüero.