Lunes 04 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. > Deportes
La selección que vale oro
Lionel, Román, el “Kun”, poderío y talento para repetir lo de Atenas.

El intríngulis desatado en torno a la presencia de Lionel Messi en los Juegos Olímpicos es una “punta” para entender el potencial futbolístico con el que cuenta este seleccionado sub 23 de Sergio Batista, que a partir del jueves próximo comenzará a defender la medalla de oro que hace cuatro años obtuvo el combinado que dirigía el “Loco” Marcelo Bielsa.

Acuciado por la necesidad de clasificar a una Liga de Campeones que el año pasado le fue esquiva, y apretado por la memoria de dos vueltas “merengues” en la liga española, el Barcelona peleó (y peleará) hasta las últimas consecuencias por no perder a La Pulga, para muchos el mejor futbolista del planeta.

Con razones divididas, el “Messi-gate” habla a las claras de un fenómeno de los tiempos que corren y de los cada vez más habituales problemas que tendrán las selecciones para contar con sus estrellas.

Ésta del “Checho” Batista no se parece en nada a un selectivo juvenil, más allá que la edad diga lo contrario. Más bien se trata de un plantel con fuerte roce internacional, calidad de sobra y variantes que envidiarían muchos seleccionados mayores del mundo. Tamaña riqueza sólo comparable con la que posee el “carioca” sub 23 que estará bajo el mando de Dunga fuera de la cancha, y del regordete Ronaldinho dentro.

Coincidencias hay muchas con el equipo que en Grecia comandó el “Loco” Marcelo, hoy en la quijotesca tarea de profesionalizar el fútbol chileno.

Ambas citas se darán dos años después de una nueva amargura mundialista, aunque posiblemente la de Corea-Japón 2002 haya sido más dolorosa, por el hecho de no haber pasado la zona, que la última decepción en las tierras del chucrut y la cerveza.

Atenas y Beijing aparecen también en el camino para intentar olvidar dos frustraciones provocadas nada menos que por el clásico rival: Brasil fue campeón de América en Perú 2004 y Venezuela 2007, con la particularidad de que en las dos finales venció a unos argentinos que llegaban para comerse los “garotos” crudos. Y se quedaron sólo con la intención de hacerlo.

Seguramente después del debut ante Costa de Marfil, el jueves próximo, se pueda analizar un poco más a este equipo que ha tenido poco rodaje, al menos a los ojo del espectador.

Sí es un hecho que Batista no jugará con el habitual 4-3-1-2 que utiliza en la mayor el “Coco” Basile, porque prefiere acomodar el sistema a los jugadores que posee.

Por ello el ignoto 4-2-2-2 le permitirá mandar, todos juntos a la cancha, a Fernando Gago-Javier Mascherano (el único que repite en la cita olímpica), JR Riquelme-Lio Messi, y Sergio Agüero-Ezequiel Lavezzi. Mucho fútbol junto, que bien equilibrado en defensa puede ser sinónimo de espectáculo y triunfos, el cóctel que cualquier entrenador desearía.

Los seis nombrados son figuras indiscutidas en sus poderosos equipos, ganan millones y están llamados a ser la base que peleará la clasificación a Sudáfrica 2010.

Dentro de ese sexteto hay un campeón del fútbol español, dos que llegaron a semifinales en la Liga de Campeones y un país entero esperando por lo que de antemano muchos dicen que será una consagración.
Obviamente que el objetivo está puesto en traer a casa, por segunda vez en la historia, la medalla dorada, y que de no lograrlo algunas hablarán de fracaso.

La presión es doble por el hecho de que este plantel es uno de los pocos (junto al básquet y el hockey) en los que se siembran esperanzas. Si bien los Juegos, en la concepción del fútbol mundial, son una competencia de segundo orden, para las potencias como Argentina y Brasil se convierten en un excelente “laboratorio” de prueba de cara a la exigencia mayor, la mundialista.

Con Messi en Beijing la tranquilidad retornó al plantel albiceleste. La Pulga, como sucedió con Carlitos Tevez en Atenas, está llamado a liderar un estilo de juego marcado por el desenfado y la guapeza, la gambeta y la velocidad. Un estilo que, de diferente forma, comparte todo el plantel.

A esta Argentina le llegó la hora demostrar que está sobrada de realidades más que de promesas. Esa será la clave de todo. La hora de la verdad está a unas horas. Con Messi, Riquelme, Agüero y Cía... El fútbol en su máxima expresión.

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