NEUQUÉN (AN) - El presente no podría ser mejor para los embalses de los ríos Limay y Neuquén porque ya presentan una recuperación de la grave sequía del verano pasado y la demanda de electricidad no siguió creciendo debido a que el frío aflojó en las ciudades más pobladas del país. Pero nada es para siempre: si no nieva en las montañas la cuenca se quedará sin recursos para el deshielo y cuando llegue fin de año la situación volverá a ser crítica.
"Al primero de agosto de este año hay en los embalses de la cuenca 4.300 hectómetros cúbicos más de agua que en la misma fecha del 2007", dijo ayer el presidente de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), el neuquino Elías Sapag.
Desde hace cinco años los ríos del norte de la Patagonia son especialmente sensibles a la evolución de la demanda eléctrica del país. Como la mayor parte del parque generador funciona a gas, que es un combustible que, aunque abundante en Argentina, no alcanza para satisfacer la demanda, cualquier aporte de electricidad producida con otros medios es sobreutilizada por el sistema nacional.
Estos ríos tienen dos grandes momentos en el año: uno en el otoño, cuando las lluvias hacen crecer los caudales, y el segundo en la primavera porque reciben el aporte del deshielo.