Aunque la lógica indicaría que la ausencia de bajas temperaturas genera un adelantamiento en los procesos fenológicos de las plantaciones de la región, las evaluaciones de los técnicos del INTA revelan lo contrario.
El ingeniero Miguel Tassara, de la Estación Experimental Alto Valle, afirmó que en la actualidad se registra un atraso en el desarrollo de las plantas de la región, que a la larga desemboca en un beneficio para la producción regional, al disminuirse los riesgos de heladas en primavera.
Explicó que en la actualidad "estamos haciendo un trabajo invernal de análisis del desarrollo futuro de la floración. Lo hacemos con un método biológico de la evolución de la yema durante el invierno, para tratar de predecir el adelanto o el atraso de la floración".
Tassara aclaró que "hay dos métodos para saber qué pasa en el invierno en los frutales: uno el tradicional de la medición de cómo se están cumpliendo las necesidades de frío, a través de una acumulación de temperaturas durante el invierno, y otro método biológico de análisis: a través del peso de las yemas analizamos la evolución".
"Eso lo que hace en la práctica es decirnos que en este momento, a fines de julio, estamos atrasados respecto de lo normal. No tenemos un avance sino un atraso en la evolución del desarrollo de las yemas (esas yemas en su evolución terminan en la flor)", sostuvo el profesional.
El método biológico lo están empleando en "el durazno, al que lo usamos como indicador del resto de los frutales", indicó.
"Un 'veranito' la afecta negativamente, nos provoca un adelanto de la floración y ese adelanto nos pone en riesgo de daño por heladas" dijo Tassara,
Finalmente explicó que "en síntesis estamos bien porque tenemos un atraso del desarrollo, que es beneficioso porque nos disminuye el riesgo de daño de frío primaveral". (Redacción Central)