Domingo 03 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 02 y 03 > Nacionales
La presidenta no se arrepiente de nada y descartó cambios
Criticó al campo y volvería a aplicar las retenciones móviles. Sobre Cobos, se limitó a defender lo "institucional" y ratificó a Moreno.

BUENOS AIRES. - Con escasa autocrítica, en la primera conferencia de prensa de su mandato la presidenta Cristina Fernández ratificó el rumbo de su gobierno al afirmar que "no" habrá más cambios en el gabinete, incluyendo al polémico secretario Guillermo Moreno, volvió a embestir contra el campo y reivindicó las retenciones móviles.

La primera conferencia de prensa en casi diez años en la Quinta de Olivos concentró la atención de unos 150 medios de comunicación, que acreditaron a más de 300 profesionales y se desarrolló sin incidentes, aunque una amplia mayoría no puso formular preguntas. La falta de gimnasia de consulta entre los representantes de la prensa y las autoridades del Ejecutivo durante los dos mandatos que encabezaron los Kirchner motivó un aluvión de periodistas ansiosos por definiciones, pero pocos pudieron llevarse una respuesta.

El giro de Fernández en la relación con la prensa es parte de una estrategia para relanzar su gestión tras la brusca caída en su popularidad durante el conflicto de cuatro meses con los productores agropecuarios.

La presidenta se mostró tranquila e intentó varios comentarios ocurrentes a los contenidos de algunas preguntas. Sin embargo, sólo brindó vagas definiciones sobre la inflación y la falta de confiabilidad de los índices económicos oficiales, las críticas a su forma confrontativa de gobernar y el futuro de su relación con el vicepresidente Julio Cobos.

En poco más de hora y media, contestó 25 preguntas, con mucha defensa de lo hecho y pocas definiciones hacia el futuro.

La presidenta negó que exista un "doble comando" con su esposo, Néstor Kirchner y desacreditó las encuestas negativas de ella y del ex presidente. Y por si quedaban algunas dudas, sentenció que, después de cerca de ocho meses de gestión, "volvería a hacer todas y cada

una de las cosas que hice", entre ellas las más controvertidas: la resolución 125 de retenciones móviles, la licitación del tren-bala, la intervención del INDEC y Moreno .

Evitó en varias oportunidades abrir un juicio sobre Cobos, quien votó en sentido contrario el proyecto oficial de retenciones. "Yo tengo mucho respeto por las instituciones", fue la escueta contestación que brindó la Presidenta y pidió "desdramatizar" el hecho, cuando se le planteó que varios dirigentes kirchneristas calificaron a Cobos de "traidor".

Acerca de algún arrepentimiento o autocrítica en sus 8 meses de gestión, la presidenta llegó a afirmar que "volvería a impulsar la resolución 125" de retenciones móviles "porque por primera vez, las instituciones de la democracia nos hemos puesto a discutir una ley tocaba la redistribución del ingreso en la Argentina". En ese contexto, Fernández de Kirchner defendió la posición que tuvo el gobierno en el conflicto y recordó que "nunca se vio desde la recuperación de la democracia hasta ahora un nivel de virulencia, de lock out patronal y cortes de rutas".

Acerca de la situación del INDEC y del polémico funcionario, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, Fernández de Kirchner no hizo anuncios de ninguna índole.

En referencia a Moreno, exclamó: "¡Dios mío! Creo que un secretario de Comercio no define cambios per se. Por qué hay que satanizar a los funcionarios. A los funcionarios hay que juzgarlos por su gestión, de acuerdo con las instrucciones que emanan de la presidenta".

"El tema del INDEC fue a mi criterio manejado política o mediáticamente. No quiero cargar las tintas sobre conspiraciones, sino que (hay) intereses políticos y económicos que se entrecruzan en procesos democráticos, y la Argentina no está exenta"

Respecto de las denuncias sobre la aceleración de la inflación, dijo que "si uno compulsa la medición oficial con los valores de los salarios de Argentina y los países vecinos y de los precios de productos, servicios y combustibles, nuestro índice debería ser inferior" a los de los países de la región.

También defendió el controvertido proyecto de Tren de Alta Velocidad, al justificar que para su ejecución no se sacan fondos del Presupuesto Nacional ya que "es financiado por un grupo de bancos y la empresa Alstom y creo que va a ser importante". Sólo hizo mención de que "las negociaciones con el Club de París se van a ir encauzando", aunque ratificó la necesidad de que cualquier negociación sea sin afectar el crecimiento económico.

La presidenta se permitió en algunos casos respuestas extensas y respondió con respecto a las inversiones extranjeras en el país que "hay muchas empresas extranjeras que se están radicando en el país".

Destacó luego que "nunca hubo desde 2003 a la fecha un pronunciado crecimiento de la coparticipación federal a las provincias" y explicó que "ello se debió a que el modelo de crecimiento económico hizo crecer la recaudación y motivó que las provincias tuviesen mucho más fondos".

Entre las pocas definiciones sobre el futuro, estuvo el proyecto de ley de Radiodifusión, también muy criticado porque presuntamente aumentaría la injerencia del Estado en los medios.

"Hace falta una ley de radiodifusión que contemple la diversidad e incorpore las nuevas tecnologías. Y para eso estamos convocando a muchísimos sectores para lograr una ley de consenso. Falta abordar el tema de la tecnología, porque si analizamos la actual ley de la dictadura, creo que lo más moderno era la televisión color y ni había fax".

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