ROCA (AR).- La movilidad docente en Río Negro aún es materia pendiente en algunas localidades de la provincia, donde sus maestros no alcanzan a cubrir los gastos de transporte con el monto asignado a tal efecto por Educación. Tal es el caso de varios trabajadores de la escuela 170 de Casa de Piedra, quienes ante la imposibilidad de llegar por sus propios medios al establecimiento, se ven obligados a viajar "a dedo" o contraen abultadas deudas en la contratación de taxis.
Es que, la compensación por movilidad que rige actualmente, reconoce 0,39 centavos del litro de nafta por kilómetro recorrido. Sin embargo, este valor no se calcula en base a parámetros actualizados, fundamentalmente a partir del precio de los combustibles.
Además, este esquema de pago no contempla todas las situaciones posibles, ya que sólo prevé cubrir los gastos de quienes cuentan con vehículo propio o con la posibilidad de trasladarse a sus lugares de trabajo en colectivos urbanos. A éstos últimos se les reconoce el costo del boleto, pero hay un grupo de docentes que se ve seriamente afectado por no poder acceder a ninguna de las posibilidades enumeradas y porque la cobertura que recibe le resulta insuficiente.
Se trata de los docentes auxiliares del citado colegio, quienes cuentan con el servicio de taxis como única opción para transportarse, aunque Educación les reconoce sólo cuatro viajes mensuales y a un valor que no llega a cubrir ni siquiera el 30 por ciento de lo que gastan. "Conseguimos el taxi más económico, que nos cobra 160 pesos de ida, mientras que a nosotros nos pagan 90 para ir y volver", comentó Verónica Cabrera, quien vive en Roca y se las ingenia para recorrer los 100 kilómetros que separan ambas localidades. "Desde 2001 que reclamamos por esto, a veces me fui a dedo pero también me endeudé, llegué a deberle más de 1.000 pesos al chofer", describió.
"Estamos trabajando a pérdida, presentamos varias notas ante el Consejo de Educación para pedir una vía de excepción pero hasta el momento no obtuvimos respuestas", cuestionó Ana Muñoz, otra de las maestras perjudicadas, quien estimó que en el último mes tuvo que asistir al mencionado centro educativo al menos en nueve oportunidades. Es que, los docentes auxiliares deben ajustarse a horarios rotativos y no pueden prever un tope de viajes.
"Otra de las soluciones posibles sería que podamos quedarnos en la escuela, pero no hay infraestructura ni comodidades para alojarnos y así no tener que viajar tanto", explicó Muñóz. No obstante, "también hay que tener en cuenta que tenemos nuestras casas y familias que atender y este problema nos demanda tiempo y dinero adicionales. El miércoles tengo que trabajar, salgo el viernes y vuelvo el sábado a la tarde porque al ser una escuela de jornada extendida los chicos se quedan 15 días", explicó Cabrera para ilustrar la compleja situación.