Con una limitada participación política de la mujer a lo largo de su historia, el Parlamento de Haití ratificó este jueves a la economista Michele Pierre Louis como primera ministra del país más pobre de América, sumido en una crisis alimentaria, institucional y de seguridad.
Pierre Louis se convirtió en la segunda mujer en ocupar ese cargo en la historia de Haití, luego de que Claudette Werleigh gobernara durante la administración del exiliado ex presidente Jean-Bertrand Aristide.
La funcionaria tendrá como tarea a seguir la presentación de un programa de gobierno general que intente darles solución a los problemas más apremiantes de la nación antillana, entre ellos, el hambre, que en abril pasado tras el incremento en el costo de los alimentos a nivel mundial generó violentas manifestaciones, en las que perdieron la vida unas seis personas. El período que asumirá Pierre Louis para gobernar hasta el 2011 es uno de los más complejos presentados durante la segunda administración de Preval, generado no sólo por los problemas internos, sino por las repercusiones de coyunturas internacionales como el alza mundial del petróleo y de los alimentos.
"Pierre Louis llega como jefe de gobierno en un momento muy complejo, sumamente difícil para Haití por los problemas surgidos por la carestía de la vida. Esto sumado a que a la fecha Haití sigue siendo un país dividido, yo creo que es uno de los puntos en los que debe trabajar fuertemente el nuevo gobierno", reflexiona el ex cónsul de Haití en República Dominicana, Edwin Paraison.
A juicio del también presidente de la Fundación Zile, de no llegar a trabajar en una reconciliación nacional, la fragmentación existente puede llegar a desatar un problema político similar al vivido en el 2004, que culminó con la salida de Aristide, actualmente exiliado en África.
Otra de las tareas para Pierre Louis será la de intentar recuperar la confianza del pueblo en el gobierno, para evitar que se sucedan nuevos episodios como el de esta semana, en el que un grupo de 200 ex militares tomó una antigua cárcel de Cabo Haitiano para reclamar la reinstauración del Ejército, desmantelado en 1995 durante el gobierno de Aristide, y el pago de 14 años de salario.
Los manifestantes también evidenciaron el inconformismo que existe en algunos sectores haitianos por la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah), presente en el empobrecido país desde 1994, con cerca de 10.000 efectivos.
En la agenda de la primera ministra también se deberá tocar el tema del secuestro, que aunque en los últimos meses ha disminuido, es una de las principales problemáticas de la nación antillana, donde en el primer semestre del año las víctimas de cautiverio han sido 190 personas, según reportes de la Minustah.
Pierre Louis tiene a su favor el concepto favorable que ha ganado de una gran masa de haitianos gracias al trabajo realizado con su fundación ONG Fokal, que dota de bibliotecas y brinda programas culturales a jóvenes y mujeres haitianas con la financiación, entre otros, del multimillonario estadounidense George Soros. Sin embargo, deberá gobernar con las críticas que se le hicieron desde antes de su ratificación por los rumores en torno de su supuesta condición homosexual, que ella ha desmentido, y su falta de experiencia como política.
Los retos por lograr, de llegar a ser avalado el programa de gobierno que Pierre Louis deberá presentar ante el Congreso, son grandes pero aun más lo será mantenerse en el poder ante tantas vicisitudes e inconformidades presentes en Haití, un país de cerca de nueve millones de habitantes en el que más de un 76% de sus pobladores vive en pobreza extrema.
SANDRA PARRA
DPA