BUENOS AIRES (Télam).- El tercer sospechoso de haber asesinado al matrimonio Mansilla en Altos Los Cardales, se entregó ayer a la tarde a la policía y aseguró que los hijos de las víctimas también fueron asesinados, informaron fuentes de la investigación.
Según los voceros, Cristian Fernández (22) se declaró inocente y reveló que en su casa escuchó que a Agustín (12) y Milagros (8) los mataron por "bronca personal" y que "los tiraron un poco antes" de donde fueron hallados los cadáveres de sus padres, Marcelo Mansilla (41) y Sandra Rabago (37), a la vera de la Ruta Panamericana en el partido de Campana.
Efectivos de la Policía Científica, de Caballería y de la Departamental Zárate-Campana comenzaron a rastrillar ayer los alrededores de la autopista entre los kilómetros 58 y 60, por orden del fiscal del caso, Marcelo Pernice. No obstante, se orientó la investigación a un descampado de la localidad bonaerense de Glew, donde ayer a la tarde fue hallado el cadáver de un niño. aunque anoche se confirmó que no era el hijo de la pareja asesinada.
Cristian Fernández es hijo de Angel Antonio Fernández (41), quien ya estaba detenido junto a Jesús Osvaldo Cáceres (47), por el crimen del matrimonio Mansilla.
Respecto al móvil del caso, fuentes de la investigación informaron que los Mansilla habían declarado como testigos por el robo a una quinta cercana a la casa donde el matrimonio vivía en el Barrio Frino de José C. Paz e involucraron a estos sospechosos.
Fernández padre estaba con arresto domiciliario con monitoreo electrónico, mediante una pulsera electrónica que, al parecer, no funcionaban, ya que varios testigos lo vieron fuera de su vivienda en reiteradas oportunidades. "Lo cierto es que esta persona estaba con pulsera y era visto fuera de su casa todo el tiempo", dijo ayer el ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli.
Los voceros dijeron que Angel Fernández había sido condenado en 1991 a 25 años de cárcel por una violación seguida de muerte.
Sin embargo, el 2 de julio de 2007, el Tribunal Oral Criminal 3 de San Martín le otorgó a Fernández el beneficio de cumplir una prisión domiciliaria monitoreada por pulsera magnética.
Por su parte, Cristian fue detenido el 22 de enero de 2005 por robo calificado y portación de arma de guerra y beneficiado con un arresto domiciliario, con una pulsera electrónica igual que su padre. Cristian Fernández logró escapar por los techos antenoche cuando los detectives de la Subdelegación de Investigaciones de José C. Paz allanaron la casa de su padre.
Respecto de Cáceres (47), los investigadores aguardaban los datos sobre sus antecedentes.
Los investigadores llegaron ayer a la casa de los Fernández luego de escuchar a testigos que afirmaron haber visto en esa casa de la calle Velázquez 3.864 de Los Polvorines, el Volkswagen Polo que el miércoles apareció calcinado.
Los pesquisas encontraron tres elementos incriminatorios: los electrodomésticos robados en la casa de las víctimas -un DVD y una computadora-, un rollo de cinta de embalar idéntica a la que utilizaron los asesinados para vendar y maniatar al matrimonio y ropas con sangre que fueron enviadas a laboratorio.
Anoche sumaron perros entrenados, que seguirán la búsqueda hoy desde las 7.