CENTENARIO (ACE).- Los restos de Jose Ignacio Tissera, el joven que figuraba como desaparecido desde el 10 de octubre pasado, fueron sepultados ayer en una jornada que fue declarada de duelo en el CPEM 1, el establecimiento al que asistía el adolescente.
Su padre Robustiano Tissera informó el martes que la Justicia le dio a conocer la compatibilidad del ADN que se había practicado a los restos óseos hallados en marzo de este año en la zona de Loma de la Lata.
En esa época, el padre reconoció las prendas de vestir que llevaba el joven la última vez que lo vio, en tanto las pericias dentales practicadas al cráneo hallado en la meseta también fueron coincidentes con los pertenecientes al joven desaparecido.
Según informó el propio padre, el joven habría fallecido por la falta de agua y de comida, en circunstancias poco claras por las cuales el chico de 17 años salió de su casa y se internó en la meseta. No se hallaron vestigios de que su cuerpo hubiera sido objeto de violencia.
Los restos fueron entregados a la familia ayer por la mañana en Neuquén, y alrededor de las 10 fueron depositados en una sala velatoria local. Al mediodía, unas 25 personas acompañaron el cortejo con los restos al cementerio local.
Tissera salió de su casa el 10 de octubre por la tarde, luego de una larga charla con su padre, según dijo, donde le habría planteado algunas inquietudes existenciales. Robustiano Tissera denunció la ausencia del joven en la comisaría Quinta de Centenario y dijo estar seguro de que el muchacho se habría ido hacia la zona de bardas, debido a que pocos días antes, había estado en la meseta hasta altas horas de la noche.
Nunca hubo datos de personas que lo hubieran visto peregrinar por la zona de puestos de crianceros, donde se presume que deambuló antes de perder el rumbo del regreso.
El padre y sus compañeros iniciaron una campaña para impulsar la búsqueda de Tissera, siempre focalizada en la zona de bardas, pero nunca se lo halló.