CARTAGENA, Colombia - Submarinos artesanales hechos con ingeniería rusa descubiertos con cocaína en México, nuevas rutas a través de Haití y República Dominicana, y el aumento del consumo son algunos puntos de la compleja agenda antidrogas que presidentes, cancilleres y delegados de 24 países discuten desde ayer en una cumbre regional sobre el tema.
Las conclusiones de la cumbre permitirán subrayar la importancia de una cooperación efectiva para enfrentar "un tema que definitivamente nos preocupa que es el del combate a la narcoactividad", anticipó el presidente salvadoreño Antonio Saca, el primero en llegar.
Saca recordó que El Salvador "mantiene una base militar norteamericana de monitoreo, que tiene que ver con el tema de las drogas la cual le ha dado un excelente resultado a la vigilancia". El caso opuesto es Ecuador, que ordenó a EE.UU desmantelar su base de Manta, en su territorio, en 2009
Además de Saca llegan Cartagena los presidentes Felipe Calderón (México), Álvaro Colom (Guatemala), Martín Torrijos (Panamá), Leonel Fernández (República Dominicana) y el anfitrión Álvaro Uribe.
México y Colombia proponen aumentar la cooperación judicial y los operativos conjuntos contra los traficantes. El director antinarcóticos de la policía colombiana Álvaro Caro, en su balance señaló cómo las fuerzas armadas colombianas han destruido este año 1.182 laboratorios para el procesamiento de drogas. La cifra es casi el doble de los destruidos en el 2007.
Las autoridades colombianas señalan que ahora hay muchísimos más grupos de narcotraficantes, aunque no tan grandes, ni tan poderosos, ni tan llamativos como lo llegaron a ser en su momento el Cali o Bogotá.Muchos de los nuevos capos colombianos de las drogas son poco conocidos. Y tienen alianza s con sus pares mexicanos.
Pero la producción no es la única preocupación en la región. El consumo -especialmente de cocaína y marihuana- que hasta hace poco era un fenómeno considerado marginal, está aumentando. Según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, el consumo en América Latina está llegando a niveles cercanos a los de los países desarrollados con el 1,2% de la población frente al 3% en países como España o EE.UU. (AFP/Redacción)