Aparecieron los que tenían que aparecer. En el primer tiempo, el único que se salvó del "incendio" fue el "Chapu" Nocioni, mientras que en la segunda parte los encargados de la levantada fueron Manu Ginóbili y Luis Scola. Argentina estuvo 19 puntos abajo, pero logró revertir esa situación con coraje, venció a Australia por 95-91 y se quedó con el tercer torneo 'Diamond Ball', el primero FIBA que gana como DT Sergio Hernández.
El título obtenido en Naijing, China, no es uno más en las vitrinas de la Generación Dorada, porque también sirve como aliciente para aterrizar de la mejor forma en los Juegos de Beijing, donde defenderá el oro de Atenas.
Frente a Australia, que compartirá con la albiceleste el Grupo A, el mejor en los primeros dos cuartos fue Nocioni. El elenco de "Oveja" Hernández no consiguió hilvanar un buen funcionamiento ofensivo y se mantuvo en partido sólo por la excelente tarea en el tablero contrario del "Chapu" (20 puntos y ocho rebotes) y la buena efectividad en libres (16/19).
Los australianos, por su parte, aprovecharon a la perfección los huecos defensivos del rival para castigar con tiros de media y larga distancia. Así, el campeón oceánico fue construyendo de a poco una marcada superioridad que se vio reflejada en los once puntos que sacó de diferencia en el parcial del segundo cuarto, para culminar la primera mitad arriba 47-35.
Pero el tercer capítulo desnudaría lo mejor del básquet de Scola y Ginóbili. Basta con ver que Argentina estaba abajo por 19. Luisito anotó 28 de sus 32 puntos (13 de 18 en dobles y 6 rebotes) en esa segunda mitad, mientras que Manu fue esta vez un buen ladero, con 24 unidades (3 triples) y 2 asistencias. Fabricio Oberto terminó con 6 tantos y 4.
Scola fue el comandante de la remontada argentina que cerró el parcial 27-22 en su favor y redujo la brecha a sólo siete puntos. En el último cuarto, Australia, que ya no mostró la misma precisión en lanzamientos largos que en la primera parte, cedió ante la potencia ofensiva criolla.
Un triple de Glen Saville a pocos segundos del final le puso algo de suspenso al partido, pero allí apareció la experiencia de Ginóbili para liquidar el pleito desde la línea de libres y definir el encuentro en favor del campeón en Atenas 2004.