Viernes 01 de Agosto de 2008 Edicion impresa pag. 26 > Internacionales
Carrera por la sucesión de Olmert complica a Israel y al plan de paz
Mientras el Kadima define a su líder, el opositor Netanyahu pide elecciones ya.

JERUSALÉN (AFP/AP) - El anuncio de la próxima dimisión del primer ministro Ehud Olmert sumió a Israel en la incertidumbre, reavivando una guerra de sucesiones y las especulaciones sobre la convocatoria de elecciones anticipadas.

Enmarañado en una serie de escándalos de corrupción, Olmert anunció que no se presentará el 17 de septiembre a las elecciones primarias organizadas entre los 50.000 miembros de su partido, el centrista Kadima, por lo que renunciará a mantenerse en el cargo.

Los dos principales candidatos en liza, la ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni, y el ministro de Transportes, Shaul Mofaz, se congratularon por la decisión de Olmert. Los sondeos dan por el momento una ligera ventaja a Livni frente a Mofaz, considerado como un "halcón", o sea, proclive a una posición más dura. La radio militar indicó, por su parte, que tras el anuncio de Olmert, cada vez más diputados de Kadima apoyan a Livni.

Según la ley israelí, el presidente del país, Shimon Peres, encargará al próximo líder de Kadima, el partido más importante del Parlamento, la formación de un nuevo gobierno. Dispondrá de un plazo de 42 días para lograr una mayoría parlamentaria que vote la confianza de ese gabinete.

Tanto Livni como Mofaz ya aseguraron su deseo de formar un gobierno de unión nacional que incluya al Likud, la principal formación de la oposición de derecha. Sin embargo, el líder del Likud, Benjamin Netanyahu, rechazó en un primer momento esa hipótesis. "Este gobierno ha llegado al final y poco importa quién sea el líder de Kadima",

dijo a la radio Netanyahu, que exige elecciones anticipadas. Los sondeos señalan al líder derechista favorito frente a Livni y Mofaz para convertirse en el nuevo primer ministro de Israel en caso de comicios anticipados.

Buena parte de los analistas israelíes consideran que, en estas condiciones, el futuro líder de Kadima corre el riesgo de ser incapaz de formar un gobierno, sobre todo porque el propio partido centrista está desunido por querellas entre sus dirigentes.

La decisión de Olmert de dejar el cargo en medio de un proceso diplomático decisivo ha asestado un revés a las delicadas negociaciones de paz tanto con los palestinos como con Siria. Es probable que el próximo líder israelí asuma una línea dura hacia los países árabes vecinos. Sin embargo, si Olmert es capaz de concretar algún progreso en el tiempo que le queda, su sucesor podría verse en dificultades para deshacerlo. Las complejidades de la política parlamentaria israelí permitirían que Olmert se mantuviera en el cargo durante varios meses, posiblemente hasta bien entrado el 2009.

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