Gavazza -que sería la droguería que investigaría el Ipross- tiene un historial dramático con Río Negro.
Su nombre irrumpió en la opinión pública en diciembre del 2004 cuando se supo que había sido proveedora de las ampollas adulteradas de Yectafer con las que el hospital Zatti inyectó a 8 jóvenes viedmenses, afectando mortalmente a Verónica Díaz.
Salud alertó del lote en cuestión a sus centros sanitarios y suspendió contratos con Gavazza. Pero, a las pocas semanas, otro caso similar si produjo en el hospital de Cinco Saltos aunque, afortunadamente, la joven Peralta logró recuperarse.
El propietario de la droguería, Santiago Gavazza -conjuntamente con quien era el director del Zatti, José Pacayut- fue procesado por la muerte de Díaz. Luego, esa situación se revisó, ya que la Justicia rionegrina se declaró incompetente y el proceso penal de Viedma fue transferido y anexado al trámite original en un juzgado de Capital Federal, considerando que el fallecimiento de Díaz se concretó en un hospital porteño.
Acordado un resarcimiento económico a la familia de la víctima, la provincia volvió a contratar a Gavazza en la provisión de medicamentos. Actualmente, sus facturaciones son millonarias.
Este año, la droguería volvió a quedar implicada en otra investigación por el manejo de remedios oncológicos. (AV)