BUENOS AIRES (ABA).- "Seguirá siendo vicepresidente, pero no le van a dar ni un vaso de agua..." Como corolario del "tenso mano a mano" entre la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y el vice, Julio Cobos, un dirigente radical que está preparando sus valijas para irse del gobierno, describió de esa manera, lo que percibe le espera de aquí en más al mendocino, por haber hecho caer las retenciones móviles y seguir comportándose con "autonomía".
De vuelta en Capital tras su viaje a Mendoza, el vicepresidente dijo ayer que la reunión con Cristina fue positiva y se mantuvo desafiante: "volvería a hacer lo mismo", mencionó en referencia al "no voto positivo" en el Senado.
Pocos fueron los diálogos de la reunión del miércoles - reservada y sin fotos - que trascendieron.Sin embargo, "Río Negro" reconstruyó algunos tramos, con los aportes de funcionarios de la Rosada y miembros del núcleo más íntimo del vicepresidente.
Es cierto que la Presidenta fue directa, al recibirlo; "Me hubiera gustado que me llamarás por teléfono o me vieras para anticiparme que votarías en contra".
Balbuceó Cobos y contestó que le había avisado a Alberto Fernández.
"Lamento mucho lo que hiciste. Si hubieses actuado distinto, hoy el país sería otro.... Fue muy perjudicial lo que hiciste y va a traer consecuencias..."
Cobos pareció no entender el empecinamiento en el error y si esas "consecuencias" serían para su gente en la administración K (ayer se despidió al titular del Instituto de Vitivinicultura, Juan Carlos Jaliff), o para el país, según lo hizo saber después a su pequeño círculo de asesores.
"Siempre dijimos que nuestro objetivo es la redistribución de la riqueza", arremetió Cristina.
"Pero primero - contestó Cobos - hay que generarla. Precisamente, vengo a eso, a que nos pongamos de acuerdo y a que trabajemos en los temas que preocupan a la gente".
En este punto el mendocino de aspecto tímido, apuntó que los fondos coparticipados (27,4) "no alcanzan para nada y habría que ampliarlos", y propuso llamar a concurso público para restablecer la confianza en el INDEC.
Cristina se "cerró" ante las propuestas de Cobos. Lo hizo anticipadamente responsable "si es que llegamos a perder esta oportunidad histórica". Y no le recibió ninguna carpeta. Sergio Massa, reemplazante de Alberto Fernández, se limitó a tomar nota del intercambio de ideas hechas en forma "seria y respetuosa".
En algún instante, Cristina le enrostró: "Te recibo no a vos, sino al vicepresidente, por una cuestión institucional".
Cobos no hizo hincapié en los cargos, pese al malestar que le había provocado enterarse de la designación de Gustavo López (un radical que no le responde directamente) como subsecretario general de la Presidencia, detrás del ultra K Oscar Parrilli.
Un radical llamó a López para hacerle saber su "indignación". El cobismo sospecha que el gobierno querrá "mantener intacta" la Concertación, pero con otros radicales -se privilegiará a los que votaron a favor y a los gobernadores Miguel Saiz y Gerardo Zamora- (ver abajo).
Insinuó Cobos algún reparo por la intención de estatizar Aerolíneas y señaló que los incidentes registrados en Córdoba se podrían reproducir en otras provincias con problemas de financiamiento.
Si bien en la lacónica conferencia de prensa posterior, Massa aseguró que no hubo adjetivaciones, sí hubo reproches. "No ayudó" el encuentro previo entre Cobos y De Angeli, símbolo de la protesta más dura contra el kirchnerismo. Tampoco los insultos que le prodigaron a Cobos Hugo Moyano, titular de la CGT, o el piquetero Luis D ´Elía.
¿Empleó una palabra soez Cristina para calificar el "voto no positivo" de Cobos? Si lo hizo -difícilmente pueda confirmarse-, el mendocino siempre contestó con cortesía: "Lo primero, para resolver algo, es reconocer su existencia".
La despedida fue gélida. Simplemente, se pararon y se dijeron "chau", como otras asociaciones políticas entre presidente y vice que no llegaron a buen puerto.
ARNALDO PAGANETTI