NEUQUÉN (AN).- Las vacaciones de invierno pasaron y dejaron tras de sí un éxito rotundo. La ciudad se llenó de buenas propuestas en cada rincón que sutilmente superaron las cifras de años anteriores. Unas cuarenta obras se presentaron en la ciudad, con un promedio de entre 500 y 700 niños espectadores.
Las canciones de María Elena Walsh en "El país del nomeacuerdo" , con Anita Martínez fue la líder absoluta en lo que a espectáculos respaldados por grandes productoras nacionales se refiere. Fue seguida, cabeza a cabeza, por "Pinocho" , protagonizada por Pablo Novack.
Las canciones de la gran compositora argentina convocaron en una función unas 730 personas, en tanto el cuento clásico reunió alrededor de 700 niños entre los tres y los doce años. Las entradas para estos espectáculos oscilaron entre los 30 y 50 pesos.
En el segundo y tercer lugar se instalaron "La sirenita" con 650 espectadores, y "Princesas II" con 1.200 personas convocadas en dos funciones.
"El país del nomeacuerdo", sumó a las canciones que trascendieron generaciones, las acrobacias y el baile que ejecutados por el elenco de eximios profesionales le dieron un alto impacto al espectáculo.
"Pinocho" se ajustó fielmente a la historia del muñeco de madera, pero con una pequeña cuota de humor sobre la actualidad televisiva infantil que conquistó a los padres también.
En el rubro de las propuestas independientes, en los primeros lugares se ubicaron el elenco de circo clown de Chubut con la obra "Mandrágora circo" y "Amores en Quequén" de elenco de Necochea, Canapé de Polenta. Cada una de estas obras se presentó por función frente a alrededor de 70 personas.
La primer semana de vacaciones se realizaron dos funciones por día, de martes a viernes y la semana semana una por día, también de martes a viernes.
El circo de "Mandrágora" conquistó no sólo por las artes circenses, sino también porque de un modo original se contó sobre un amor entre dos payasos.
Los títeres de "Amores en Quequén" dejó transcurrir a su divertido y tierno juglar en los mares en busca de su alma gemela. Lo interesante de esta propuesta fue la puesta en escena y el diseño de los muñecos que rompiendo con cánones establecidos, le encontraron una vuelta de tuerca a su fisonomía.
A comparación con años anteriores, la mayoría de los productores de infantiles de la zona coincidieron en que este año se registró un leve aumento en cuanto a convocatoria. "En relación al año anterior hubo un incremento pero no muy grande, se notó una mayor concurrencia del público, pero no nada que pueda mencionarse como un gran despegue del infantil en la ciudad", comentó Flavio González, creador y promotor del ciclo de títeres Parapibes.
Por menor que haya sido el incremento registrado, alcanza como para empezar a pensar a Neuquén como una prometedora plaza para los espectáculos para los más pequeños.
Del 14 al 27 de julio se realizaron en promedio entre tres y cuatro funciones diarias de martes a domingo, de teatro, música o títeres entre todas las compañías locales y las que llegaban día a día desde otros puntos del país. Se sumaron también las propuestas gratuitas que el municipio aportó en los barrios.