NEUQUÉN (AN)- La Justicia resolverá esta semana la situación procesal de la ex pareja de Lucrecia Lescano (30), quien desapareció el 27 de junio y cuyo cadáver fue hallado el 16 de este mes a 15 kilómetros de El Chocón, con señales de haber sido apuñalada en el cuello.

El único detenido hasta ahora es un hombre de apellido Salinas, de 34 años, que fue pareja de la víctima hasta el año pasado.

La jueza de Cutral Co, Beatriz Martínez, que interviene en el caso por razones de jurisdicción, decidirá esta semana si lo mantiene preso o lo excarcela.

Los investigadores mantienen un inusual hermetismo en torno del caso y sólo mencionan que es "complejo".

Por una cuestión de competencia judicial, la pesquisa la dirigen la jueza Martínez y la fiscal Marisa Czajka, que están en Cutral Co, pero la llevan a la práctica los hombres de la división Homicidios que están en Neuquén capital.

Por lo poco que ha trascendido, el cadáver de Lucrecia vestía botas y en una de ellas había impresa una huella digital de Salinas. Hasta donde se sabe, es la prueba más sólida en su contra.

Por otra parte, en una pared de la vivienda del sospechoso había manchas que podrían ser de sangre. Los rastros fueron detectados utilizando una sustancia llamada Luminol, que bajo determinadas circunstancias irradia una luz azulada.

La pericia sobre esas manchas fue parcial, según se supo, porque la pared fue lavada con lavandina presuntamente para borrar toda huella. Si se llegara a confirmar que esa vivienda fue el escenario del crimen, la causa pasará -otra vez por razones de jurisdicción- a un juzgado de Neuquén capital.

Al mismo tiempo los investigadores tratan de ubicar el automóvil en el cual fue transportado el cuerpo de la víctima desde el presunto lugar del crimen -haya sido esa vivienda u otra- hacia el costado de la Ruta 237, a 15 kilómetros de El Chocón, donde fue hallado semienterrado por un poblador rural.

Trascendió que hicieron pericias en al menos un vehículo de un conocido de Salinas con resultado negativo.

Tampoco se descarta, en base al análisis de las múltiples lesiones sufridas por la mujer en el cuello, que los autores hayan sido dos.

Lucrecia tenía dos hijos nacidos durante su relación con Salinas, a quien había denuncia por episodios de violencia hacia ella. Trabajaba como cajera en un supermercado y el último día que la vieron, estaba discutiendo con un hombre cuya identidad se ignora.