SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El paso fronterizo Vicente Pérez Rosales, que une la provincia de Río Negro con la República de Chile, lleva casi cuatro meses cerrado y centenares de turistas se ven impedidos de ingresar a esta ciudad.
Las autoridades no logran retirar los colectivos y camiones que obstaculizan el camino internacional y tampoco los dos catamaranes que bloquean el muelle de Puerto Alegre. La Cámara de Turismo local presentaría un nuevo recurso en el juzgado federal.
"Esto es increíble y parece una película surrealista", exclamó Alberto Del Giúdice, presidente de la Cámara de Turismo de Bariloche y Zona Andina, mientras caminaba junto a la larga hilera de colectivos, camiones, batanes (carros), tractores y hasta una máquina vial, "abandonados" en el camino de une los Puertos Blest y Alegre, en el sector argentino del paso internacional.
Los vehículos impiden que el nuevo catamarán circule por el camino y pueda llegar hasta su destino, el lago Frías.
Allí también hay obstáculos, ya que dos catamaranes se encuentran amarrados en el pequeño muelle y obstruyen el único lugar por donde el nuevo barco debería ser botado a las aguas. Los catamaranes y automotores pertenecen a la empresa Puerto Blest S.A., ex concesionaria del lugar, que dejó de operar a principios de abril, pero no los retiró del área.
"Río Negro" tuvo oportunidad de recorrer la zona junto a Del Giúdice y el intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi, Juan Salguero, quienes intercambiaron opiniones sobre qué hacer para que el paso internacional vuelva a operar.
El empresario recordó que la Cámara reclamó "acciones urgentes" a principios de junio pasado, pero que poco y nada se ha avanzado.
Dijo que "acá hay mala fe y ganas de hacer daño, ya que éstas maniobras no benefician a nadie y sí generan un importante perjuicio para la comunidad de Bariloche. Yo me pregunto cuánto tardaría la Justicia y el Estado en actuar si un particular obstruye el paso Puyehue a Chile", agregó.
Bienes de gran valor
Los bienes que obstruyen la circulación tendrían un valor importante y aparentan estar en muy buen estado. Hay colectivos doble tracción, cuyo costo fue estimado en 300.000 pesos cada uno.
Además de los catamaranes en el lago Frías, en el muelle que se utiliza para acceder a la cascada Los Cántaros, está amarrado el barco Santa Fe, propiedad de la ex concesionaria.
Salguero dijo que esta embarcación, al igual que el catamarán El Cóndor (amarrado en Puerto San Carlos) y la motonave Flecha del Plata (amarrada en Puerto Pañuelo), propiedad de la ex concesionaria, "no pueden navegar sin la autorización expresa de Parques". Informó que la empresa sería intimada a retirarlos del lago.