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Mientras sea antes de los Juegos... | ||
España le ganó fácil a Argentina, pero hay tiempo para recuperar el nivel. | ||
Argentina volvió a tener otra pobre actuación en la categórica caída sufrida ante España (87-62), en el encuentro de la tercera y última fecha del torneo 'Cidade de Ourense' de básquet, que fue ganado por el dueño de casa. Más allá de la derrota que trae preocupación de cara a los Juegos Olímpicos, hay un par de puntos positivos. El primero, los buenos 15 minutos del arranque. Y el segundo, el tiempo que queda para llegar de la mejor forma a Beijing. Con Carlos Delfino y Paolo Quinteros como abanderados, el quinteto criollo rindió a pleno en el mitad inicial. Sin embargo, todo ese buen desempeño se vino abajo en el complemento. El equipo no tuvo la misma actitud y le costó romper la defensa local. Además, sus jugadores, ante un arbitraje malo y parcial de los jueces españoles Pérez, Cortez y Soto, protestaron reiteradamente y fueron sancionados con faltas (5) técnicas. El partido empezó equili brado, con Argentina muy bien en defensa y certera en ataque. Funcionaron los triples, pero sin tener gravitación con sus hombres altos, salvo Fabricio Oberto, quien estuvo intratable en la recuperación de balones (11) debajo de los acrílicos. El despegue de los españoles llegó recién al promediar del segundo parcial, cuando apareció el goleó de la 'Bomba' Juan Carlos Navarro, el atrevimiento del juvenil base Ricky Rubio o la efectividad de Bernie Rodríguez. Las ventajas subieron hasta llegar al 44-35 con que finalizaron los primeros 20 minutos. En el tercer parcial, España continuó con su mejor juego ante Argentina, que comenzó a mejorar con el ingreso de Manu Ginóbili, a falta de 5m20s para el cierre del parcial. Redujo la brecha a cinco (52-47) y creció la ilusión a pesar del 62-55 del último descanso. La debacle llegó en el último cuarto. Se le cerró el aro a los argentinos, que sólo convirtieron 7 puntos, todos desde la línea de libres. España 'maquilló' el resultado con una gran eficacia de Navarro y Bernie Rodríguez, con dos cada uno. Y fue fiesta local. Una triste despedida de tierras españolas, que dejan interrogantes, pero sostienen el crédito abierto para un equipo que se agranda en las difíciles y además, es el dueño del oro olímpico. | ||
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